Un llamativo dato se puede notar en la actualización de la declaración jurada, que presentó la semana pasada, el presidente Santiago Peña.
Entre sus ingresos, en el rubro de “Otros”, puso G. 408.100.000, por la venta de su camioneta Toyota Fortuner.
Se trata del mismo rodado, que declaró en el 2023, como adquirido en el 2021, por G. 350 millones.
Eso quiere decir, que vendió G. 58.100.000 más caro, cuando que, normalmente, con el paso de los años, los vehículos pierden valor, por el desgaste del uso.
Además, el mandatario ahora está sin vehículo propio, por lo que se moviliza en los que le provee el Estado, gracias al cargo que ocupa.
Santi tuvo que presentar su declaración jurada, a raíz de la presión política y mediática, debido a sospechas de irregularidades, en el crecimiento de su patrimonio, que incluso fue calificado como “milagro económico”, por la senadora Esperanza Martínez (Frente Guasu).
Incluso, legisladores opositores denunciaron a Peña ante la Fiscalía, por supuesto enriquecimiento ilícito y otros delitos.
Según lo que declaró, el Presidente tuvo un incremento patrimonial de G. 1.456 millones desde que asumió el cargo, en el 2023, pero comparado con la del 2017, cuando dejó de ser ministro de Hacienda, creció G. 26.705 millones, en solo ocho años.
Ahora, el contralor general de la República, Camilo Benítez, anunció que iniciarán un examen de correspondencia sobre los bienes de Santi, con los nuevos datos. Dijo que pedirá informes a diversas entidades, públicas y privadas.
Opositores desconfían del contralor y creen que se blanqueará a Peña.