Cuatro días después del accidente en el que se salvó de milagro, el joven Miguel Ángel Almada (23) se recupera en su casa en Limpio y recordó lo sucedido.
El sábado salió puntualmente a las 12:30 de su trabajo, una concesionaria de vehículos ubicada sobre Mariscal López, en San Lorenzo. Caminó media cuadra hacia la parada de colectivos y solo ponía atención a sus propios pasos en la vereda.
No se había fijado en la camioneta que lentamente ingresaba al carril izquierdo ni en el auto que venía detrás de aquel y terminó perdiendo el control. Tampoco escuchó ruido alguno, todo fueron como fotogramas de una película.
“Ya vi nomás que el auto estaba derrapando e incluso veo la cara del tipo que me mira porque me va a chocar, más o menos en cámara lenta, y después ya le veo a mi lado. Lo que intento hacer es sostenerme por el vehículo mismo para saltar encima”, mencionó.
Ese salto fue la hazaña que le permite ahora contar la historia aunque no salió ileso, porque el Toyota Vitz conducido por Emilio Teparino le apretó la rodilla derecha y le produjo una fisura.
Su sufrimiento no terminó ahí, sino que continuó en el Hospital General de Calle’i, San Lorenzo. “Fue mi peor experiencia porque no me atendieron, me tenían ahí tirado, ponele que una hora estuve ahí en el pasillo delirando y ni siquiera la herida me limpiaron”. Recién le hicieron una radiografía cuando sus padres llegaron y presionaron.
Ahora sigue su tratamiento en el Instituto de Previsión Social y le esperan varias sesiones de fisioterapia.
Hasta el momento, si hay alguien a quien agradece es a doña Liz González y su familia, testigos que lo acompañaron hasta el hospital y siguen siendo los únicos que preguntan por su salud.
Con respecto a los que ocasionaron el percance, manifestó: “Por lo menos que pregunten, que se hagan responsables. Yo sé que son trabajadores como nosotros, pero por lo menos la presencia, porque yo tampoco tuve la culpa y perdí mucho”.
“Como SPIDERMAN”
Muchos compararon los movimientos de Miguel con los del Hombre Araña. “Soy muy bromista y les decía a mis amigos que vinieron a visitarme que me salvó el reflejo del Hombre Araña”. Agregó que “por suerte me fui a ver la película de Spiderman”.