Con una gran sonrisa y una energía que contagia, don Juan Ramón Acosta recorre desde hace 40 años varios kilómetros al día con su carrito en frente para vender sus cremosos heladitos en Villarrica. Junta monedita por monedita y gracias a este trabajo sacó adelante a sus 6 hijos.
“Depende mucho del clima para salir, ahora luego de 24 días volví a salir por la lluvia, durante estos días es imposible salir. Si hace mucho calor tampoco se vende porque la gente quiere todo líquido”, contó en vendedor a Visión Comunicaciones, afirmando que durante la pandemia le costó bastante, pero que siempre pudo juntar para su “pucherito” del día.
Indicó que gracias a este trabajo pudo mantenerse y que no encuentra otra forma ideal para poder llevar el pan a su mesa. El villarriqueño señaló que sus productos son muy higiénicos y ricos, por lo que tiene una gran clientela, en un tiempo tuvo tanta venta que también vendía en Asunción.
Debido a que son más de 40 cuadras de Villarrica las que recorre por día, ató a su carrito una butaquita para descansar por momentos, así también se cubre la cabeza con un sobrero piri y para amenizar el ambiente pone música en su pequeña radio a pilas.