Para Fio, el martes no fue un día de clases normal. Una comitiva de extraños la esperó a la salida de la escuela. Ella, un poco asustada, preguntó qué pasaba y por qué su papá (adoptivo) no fue a buscarla.
Las personas extrañas le pidieron que los acompañe y le aseguraron que todo iba a estar bien.
Por segunda vez a Fiorella le cambiaban su mundo de niña. Cuando tenía cuatro años la alejaron de su mamá Liza Portillo y la llevaron a San Pedro. Allí la pequeña fue inscripta como hija de Crispín Coronel Amarilla, quien junto a Celia Genoveva Chamorro, la criaron.
Para ese entonces, Fiorella ya tenía un nuevo nombre, Sady (aunque le pusieron como segundo nombre Fiorella). Su cumple ya no se festejaría cada 28 de junio, sino cada 15 de diciembre. Ella, en su inocencia, nunca entendió por qué hubo tantos cambios.
Hoy Fio se encuentra en un hogar de abrigo, rodeada de extraños y con un futuro aún incierto.
Jovita Rojas, jueza de la Niñez que lleva adelante la causa, señaló que no se sabe todavía por cuánto tiempo estará bajo cuidado especial. “Una vez que el Ministerio Público remita el informe, se van tomando las pautas”, explicó la magistrada.
En tanto, señaló que la fecha de reencuentro con la madre biológica dependerá de lo que vaya presentando el Ministerio Público.
Imputación
El fiscal del caso, Víctor Villaverde, presentó acusación ante la jueza Norma Salomón contra Crispín, Celia y Bella Montiel. Esta última supuestamente es la mujer que había entregado a la criatura. Salomón confirmó la imputación contra las tres personas por el supuesto hecho de violación contra la patria potestad y uso de documentos públicos de contenido falso.
Para hoy se prevé la declaración de los involucrados y luego el Juzgado decidirá el destino de ambos.
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