08 jun. 2025

Raudal llevó sus camios y fueron rapiñadas

Dos de sus vehículos fueron hallados a 15 cuadras.

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Feroz perjuicio. Abajo, Hilux y Fortuner encontrados a 15 y 9 cuadras de la casa. Rapiñaron sus ruedas.

NPY

El temporal dejó graves consecuencias en varios puntos de Ñemby. El desborde del arroyo Ñemby arrasó con todo a su paso, incluyendo cuatro vehículos de una familia de esa ciudad.

Cerca de las 4:30 del jueves, la familia Delvalle, que vive frente a la Plaza Virgen de Schoenstatt, en la entrada a la ciudad, escuchó un estruendo y vio cómo el agua derrumbaba su portón y parte del muro que los protegía del barranco.

En cuestión de minutos, el agua entró con fuerza al patio y se llevó el estacionamiento techado junto con los cuatro vehículos que allí estaban resguardados.

Una camioneta Chevrolet 0 km terminó en el terreno de un vecino, mientras que un auto rojo, de la marca Mini Cooper, quedó incrustado entre árboles y chapas.

La camioneta iba a ser un regalo para la hija de doña Sady que llegó ayer de EE. UU, donde se recibió de diseñadora.

Sustazo

Las otras dos camionetas, de la marca Toyota, modelos Fortuner y Hilux, fueron llevadas por el poderoso raudal que se formó.

“No hubo forma de reaccionar, el agua se lo llevó todo en segundos”, lamentó Sady de Delvalle, la propietaria a NPY.

Más tarde, uno de los vehículos, la Toyota Hilux, fue encontrada en el cauce del Arroyo Guazú, en la zona de Tres Fronteras de San Antonio, unas quince cuadras de la casa. En tanto la camio Fortuner, al costado del cauce hídrico Pa’i Ñu, unas nueve cuadras antes.

Para sacar los vehículos, tuvieron que contratar grúas y retroexcavadoras, entre otras herramientas.

Doña Sady se enteró dónde estaban sus vehículos por TikTok. Tuvo que pedir ayuda a la policía para resguardar sus pertenencias porque los vecinos comenzaron a rapiñar.

“Lo más molesto fue que la gente fue poco empática. Llevaron todo lo que pudieron”, dijo a NPY.

Gracias a un niño se supo que un señor guardó las cuatro ruedas de la Fortuner en su pieza. El hermano y el hijo de doña Sady fueron a pedirle.

“Se enojó otra vez porque ya tenía comprador, que supuestamente iba llegar en una hora. Tuvo que pagar G. 100 mil”, expresó. También lamentó que le pidieron dinero para entregarle la cédula verde y la habilitación.