Francisco Benítez (48) abrazó la albañilería desde que se quedó sin empleo en una casa de fotografías, a los 19, y desde allí nunca la abandonó.
Levantando ladrillos hizo crecer a sus cinco hijos en San Lorenzo y días atrás que fue su día, lo pasó con sus retoños de 26 y 21 que suelen acompañarle en las obras.
“También me tienen que felicitar por el día del electricista y del plomero porque hago de todo”, dijo el laburante.
Benítez comentó que, cuando eran niñas, sus otras dos hijas también le ayudaban en la construcción. Al ser consultado por qué piropean tanto a las mujeres, respondió con un reconocido ñe’engá en guaraní.
“Al albañil como al sol, le dejás arriba y se calienta”, afirmó en medio de risas.
Mientras construyen en grupo es frecuente escuchar frases características de la profesión, dijo Willian Ocampos, de Capiatá.
“Péa ha’e (ese está bien), usamos cuando estamos sacando nivelación. Cuando falta mezcla decimos ‘egueru la tuju’ (traé la mezcla) y cuando nos pasamos el ladrillo y alguien se retrasa dicen ‘epyta upépe sapy’aite’ (pará ahí un rato).
Otras palabras técnicas son “icavaleté” (cabe justito) y “media cuchara” (el que no es oficial albañil pero tampoco es ayudante, está ascendiendo). Por encima de estas categorías estaría el “contratista” o el patrón o patrona, en su caso.
También usan frases medio jodidas que pueden asustar a los que no frecuentan las obras. “’Ejuka pépe’ (matale ahí) es para avisar dónde es el punto. ‘Emonda’imi’ (robale) tiene que ver con la medida también”, destacó Ocampos.
Además, cuando hablan de “cuchara” en la construcción no es la misma que se usa en la cocina. Otra herramienta muy utilizada es el “latacho”, que se usa para alizar el revoque de las paredes. A esa acción se le dice “latachear”, otra expresión habitual.
Alberto Valdez (25), de PJC, explicó por qué en muchos casos los albañiles faltan los lunes.“Es porque toman mucho los domingos y no se recuperan. Algunos se presentan por lo menos el lunes por la tarde”, dijo.
Afirmó que perder ese día de trabajo no les afecta porque cobran por producción y que los martes a full recuperan todo el día perdido.
Mujer constructora
Jackeline Ocampos (18), de Capiatá, desde que era adolescente pasa ladrillos, hace mezcla y ayuda a sacar el nivel en las obras con sus hermanos. “Yo me siento muy feliz de poder servir como mujer”, dijo. Contó que la gente se sorprende al verla.
“Quiero ser el orgullo de mi familia y me tienen en cuenta porque me dicen que soy guapa”, comentó. Ayer, se celebró el Día del Albañil Paraguayo.