Unas 23 parejas unieron sus vidas en un matrimonio comunitario, ayer por la mañana en la parroquia San Ramón Nonato de Puerto Casado del departamento de Alto Paraguay.
Carlos y su esposa fueron una de las parejas que cumplieron con su deseo darse el “Sí” en medio de una historia de amor y fe.
En contacto con EXTRA, Carlos contó que hace aproximadamente un año, llegó hasta la parroquia, desesperado pidiendo ayuda debido a que su familia estaba pasando por una crisis a causa de los problemas de alcohol que sufría su esposa, con quien tiene 5 hijos, sin embargo, él no perdió la fe de que su familia pueda ser restaurada.
“Estaba preocupado por mi señora que no cambiaba, entonces con la ayuda de la hermana Justa Pavetti, logramos llevar a mi señora hasta la iglesia. Le hablaron mucho y le convencieron de tomar unas pastillas que la ayudó a dejar el vicio”, contó.
Agregó que el cambio fue tan grande que incluso una de sus hijas se convirtió en monaguillo, quien fue la que animó a sus papás a que juren su amor y compromiso ante Dios por medio del matrimonio.
Fe y compromiso
“Todo se puede con fuerza de voluntad y con la ayuda de Dios. Uno se pone de rodillas y le pide las cosas a Dios y te va a conceder”, expresó.
También agradeció a la Fundación Santa Librada, que le permitió casarse con el amor de su vida.
Parejas de la comunidad indígena de la etnia Maskoy, también participaron del acto, lo que hizo que la ceremonia estuviera cargada de emociones.
Es la primera vez que se celebra una boda comunitaria en el departamento de Alto Paraguay, por lo que los casados lo consideran una bendición.
Con este evento, la Fundación Santa Librada llega a 47 bodas comunitarias con el Programa Sagrada Famila, logrando que más de 2.700 parejas llegaran al altar para recibir el sacramento del matrimonio en la iglesia católica.