Luis Alberto Zelada y Cristhian Daniel Ramos Agüero son los suboficiales que están en la mira de Fiscalía y la propia institución a la que pertenecen, luego de una grave denuncia sobre la desaparición de unas 2.500 municiones calibre 9 milímetros que fueron sustraídas de la Agrupación de Seguridad de la Comandancia de la Policía Nacional, con sede entre las calles Paraguayo Independiente y Chile, de Asunción.
El caso fue tomado por la fiscala Natalia Cacavelos, quien ya los imputó por Hurto Agravado, Detentación y Tráfico ilícito, estos dos últimos hechos, conforme a las disposiciones previstas en la Ley especial de Armas.
De acuerdo con los datos manejados por la fiscala, el 17 de septiembre del año 2022 entre las 07:00 y las 10:00, aproximadamente, el suboficial Inspector Ramos estaba en la Armería de la Agrupación de Seguridad de la Comandancia de la Policía Nacional de donde se sustrajeron las 2.500 unidades de municiones sin percutir.
Las mismas pertenecían al Programa N° 10 de la Tesorería de Operaciones contra grupos criminales y habían sido puestas bajo resguardo de la armería por seguridad. Supuestamente, ese día el agente sacó por tandas las municiones y las llevó hasta su vehículo particular.
Esa misma fecha, alrededor del mediodía, su colega Zelada, quien llamativamente cuando eso estaba con reposo médico, llegó al lugar y solicitó la entrega de las municiones y se comprometió a pagar por ellas G. 8.000.000. Supuestamente, el “comprador” le entregó recién Gs. 1.000.000.
Luego de una verificación hecha en dicha agrupación, se dio aviso de lo ocurrido a las autoridades y se inició la investigación. Supuestamente, parte de los cartuchos robados habría sido comercializado en Pedro Juan Caballero, con la intermediación de uno de los policías hoy detenidos.