El suboficial inspector Bernardo Franco fue condenado a pagar una multa, luego de comprobarse que mató a balazos a un perro de nombre Tuky, simplemente porque este animalito “robó” un pedazo de carne asada que estaba en la parrilla.
Edith Ortiz, de Pako Rescate, fue la abogada que logró esta condena con la ayuda de su colega, también animalera, Laura Yinde, de Patitas Caaguazú, quien denunció el caso ocurrido a finales de enero de este año.
“No fue fácil, porque hubo amenazas, chicanas y otras cosas más, pero logramos hacer justicia y ahora Tuky podrá descansar en paz”, refirió Edith.
El uniformado, de ahora en más, tiene prohibido usar todo tipo de armas, por casi dos años y no puede salir del país, por lo que por ahora solo hará trabajos administrativos. Pero el logro más importante para los defensores de animales es que el policía debe pagar cada mes G. 833.000 durante 18 meses.
“Es algo histórico, porque este dinero va a ser para los animales. El juez dictaminó que este monto sea depositado a la organización Pako Rescate, el grupo que yo lidero, y con Yinde pensamos hacer castraciones a los perros, en el barrio Florida de Caaguazú, donde falleció Tuky”, contó Edith.
La idea es hacer cada dos meses, juntando la suma de G. 1.666.000, para castrar 6 a 10 perros. El primer evento será en la quincena de diciembre.
El caso
Según el antecedente, un perro callejero había “robado” primero el asado que estaba en la parrilla de este policía; en eso, se acercó Tuky para llevar también su “pedazo”, pero el uniformado lo vio, sacó su arma y realizó varios disparos.
Dos de las balas impactaron en el perrito, que murió en el acto. El uniformado tiró el cuerpo en un pantanal para que no se encuentre, pero la animalera y la Fiscalía buscaron y lograron ubicarlo, mandaron a hacer la necropsia y extrajeron la bala, que resultó ser del arma reglamentaria del policía.