12 dic. 2024

Pobladores del barrio ofrecido a los bañadenses piden auxilio

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“Nos pintaron una maravilla, se quitaron las fotos y nos tiraron acá. En este lugar, si lográs entrar, ya no salís, yo perdí mi trabajo a causa de eso”, indicó doña Andresa Peralta (49). Andresa vivía en San Lorenzo, pero hace 9 meses se mudó con su familia al complejo habitacional “Las Colinas”, ofrecido por el Gobierno, en la ciudad de Itauguá.

La Secretaría de Acción Social ofreció 202 casas en el complejo a las familias del Bañado, de Asunción. Muchos de ellos rechazaron porque en el lugar no están garantizados los servicios básicos. En cambio, Héctor Cárdenas ministro de la SAS, manifestó que es un “barrio modelo, moderno y ecológico”.

Este barrio está ubicado en la compañía Ñu Po’í, a 8 km del casco urbano de la ciudad y a 3 km del Hospital Nacional. El camino de arena es intransitable, solo lo rodea kilómetros de plantaciones de caña dulce, no hay vecinos ni despensa, tampoco comisarías ni centros de salud.

Andresa trabajaba como empleada doméstica en San Lorenzo, pero perdió su trabajo al trasladarse a ese lugar. “Mínimo tenés que tener G. 30 mil para salir de acá, yo tomaba seis colectivos por día para llegar a mi trabajo, luego eso se volvió insostenible”, indicó.

La señora contó que en el sitio no hay oportunidades de trabajo, porque están aislados, y que en el centro por lo menos se puede juntar plásticos, razón por la cual muchas personas abandonaron sus casas y volvieron a la ciudad.

Sin transporte ni salud

“La escuela más cercana está a un kilómetro de acá, mis hijas tienen que pasar por un cañaveral para llegar. La escuelita es súper precaria. Si no tengo G. 6 mil, no puedo enviar a mis nenas porque el único colectivo interno que pasa por la mañana les cobra G. 2 mil sí o sí”, manifestó Víctor López (35).

Tras rechazar la oferta del Gobierno de ir a vivir en ese lugar, Sergio Treposky, de la organización Cobañados, dijo que la precariedad es una de las razones por las cuales algunos se negaron a ir. Además, muchos se sustentan con la cría de gallinas o chancos y su tenencia está prohibida en ese lugar.

En el complejo abundan la basura, los mosquitos y ahora los cuadros febriles en algunos niños. Según la queja de los pobladores, el recolector entró en el barrio por última vez hace más de un mes. “Tenemos muchísimos chicos con fiebre y otros con dengue. Aquí debía funcionar un centro de salud, hace meses que está llaveado, sin doctor ni enfermera”, se quejó Natalia González. La construcción del complejo habitacional fue financiado por Itaipú.