El protagonista de la extraña historia es Edmur Guimarra Bernardes (78), quien asegura que el miércoles último, cuando estaba por salir de su casa de Paranaiba (Mato Grosso do Sul), a más de 700 kilómetros de la frontera paraguaya, fue sorprendido por dos personas que le ordenaron que entre nuevamente a la vivienda.
“Sabemos que tenés las llaves del hangar”, le dijeron y le exigieron que les acompañe hasta el avión que había aterrizado la noche anterior, según el relato.
El piloto afirmó que siendo a las 6:30 aproximadamente fue forzado a despegar hacia una estancia paraguaya, aunque no indicó la localización exacta.
Guimarra solo dijo que permaneció “el día y la noche” en la hacienda paraguaya. Supuestamente, allí le indicaron que debían rescatar a un miembro de la facción criminal. Al día siguiente, es decir ayer jueves, los tres salieron de la estancia y volaron hacia Bolivia, sin indicar la localización exacta.
En su relato de película, el piloto sostuvo que alrededor de las 14:30 de ayer “aprovechó una distracción de los sospechosos” y consiguió despegar el avión, llegando a las 17:15 en Cáceres, distante a poco más de 1.000 kilómetros del lugar de donde supuestamente fue secuestrado por los del PCC.
La nave utilizada por el piloto es un Cessna 182 Skyline, propiedad del empresario Samuel García Alonzo (47), quien relató que los sospechosos llegaron al hangar con bidones de combustible con cantidad suficiente para dejar del país.
El piloto ya fue anteriormente vinculado al transporte de drogas, así como contrabando de cigarrillos y otras mercancías en la frontera entre Paraguay y Brasil.