En medio de su gran angustia y desesperación al ver a su mamá sufriendo por la falta de oxígeno, a raíz del coronavirus, Héctor Bernal (35) se alejó un rato de sus hermanos y pidió desde el fondo de su corazón a la Virgen de Fátima que la cure de este padecimiento.
No pasaron ni tres días de este pedido del hombre con toda la fe del mundo a la Santa Patrona de la compañía Potrero Jardín, de Santa Rosa del Mbutuy (Caaguazú) para que su mamá se recupere casi por completo, a pesar de que ya estaba muy grave internada en su propia casa porque no conseguían hospitales. Para Héctor, este hecho fue un milagro que la Virgen le concedió por su gran devoción a ella.
Por este motivo, el 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima, decidió peregrinar arrodillado desde su casa hasta la imagen de la Santa que tienen en la capilla de la zona. Fueron 700 metros las que anduvo de esta forma para cumplir su promesa.
“Mi mamá estuvo muy mal en los primeros días de mayo, no estaba nada bien realmente, por acá no había nada y teníamos que llevarle a Oviedo, ahí sabíamos que estaba todo lleno también, hasta en los pasillos había gente. Le prometí a la Virgen ese día que iba a ir así”, indicó el devoto.
Agregó que la otra promesa que debe cumplirle a la Virgen es una tallarinada en la capilla. “La fe mueve montañas y yo sentí eso y lo recibí porque mi mamá estaba muy mal, ya se despidió y todo”, relató Bernal.
“Lo que le dije a la Virgen fue que cuando pase la Virgencita en su caminar por su día, como se hace cada año, para que mamá pudiera verla y se cumplió, mi mamá la vio ya sentada desde afuera. Ahí yo sentí que se cumplió mi pedido”, alegó Héctor.