“Cuando vi el arcoíris, al amanecer, le dije a mi señora: ‘ya pasó, vamos a estar bien’”, expresó José Miño (31), quien perdió todas sus cosas en el temporal.
Feroz tormenta cayó sobre casi todo el territorio del país, pero Central fue uno de los departamentos más castigados. José y su familia estaban en Capiatá, donde el agua avanzó sin piedad e inundó todo, incluyendo su auto, en el que trabajaba como Bolt.
Con los primeros relámpagos de la noche y madrugada del jueves, Miño pensó que no era buena idea arriesgarse a salir a hacer Bolt con la lluvia. Su idea era salir a laburar cuando pasara el temporal, pero eso no ocurrió.
El arroyo de su barrio Nueva Asunción, en Capiatá, que está a solo 50 metros se desbordó.
El agua fue ganando terreno en pocos minutos y ya comenzó a llegar hasta la habitación.
A eso de las 3:00, la lluvia fue imparable y el agua entró como con ayuda de un embudo en su casa.
Sueños en pausa
“Tenía el sueño de la casa propia. Trabajé durante el día como mecánico y durante la noche hacía plataforma para poder pagar la casa y el auto… pero hubo un momento, con el agua casi hasta la cintura, en el que pensé que podíamos morir”, relató.
José alzó a la hija de su señora a la mesa de planchar y su esposa en la mesa. Él quedó aferrado a ellas para que no les llevase el raudal.
“No había cómo salir de ahí. Desde las 3:00 hasta las 8:00 por ahí estuvimos así. Rezamos muchísimo con mi señora. Hice un video para contar lo que me pasó y alcé en el grupo de WhastApp de los compañeros (de Bolt) y enseguida se solidarizaron”, indicó.
En el video cuenta su penuria y con resignación muestra su auto, que compró a cuotas hace un año y recién va pagando por la mitad, con agua hasta el techo.
“Algunos compañeros del grupo de Bolt, me hacían compañía desde la madrugada, aunque no podían entrar junto a mí. Estaban desde el otro lado de la calle”, indicó.
En dramático momento que vivió la familia fueron casi eternos. José, dentro de toda su desgracia, logró encontrar una luz de esperanza y aseguró que sus sueños solo están en “pausa”, pero tendrá que esforzarse el doble.
“Vine a la casa de un amigo y me prestó su ropa. Porque nos quedamos con lo puesto. No tenemos nada, pero seguimos vivos. La fuerza que tenía el agua era para tener miedo. Mi auto se quedó bajo agua, recién cuando bajó un poco más, sacamos con piola”, relató.
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