El presidente Santiago Peña registró un vertiginoso aumento de bienes, según se desprende de sus declaraciones juradas, ante la Contraloría General de la República (CGR), desde el 2014. Su mayor crecimiento patrimonial fue en los últimos 6 años.
El análisis surge tras la polémica por la mansión de 2 millones de dólares que construyó en San Bernardino, después de asumir como jefe del Ejecutivo, que fue en agosto del 2023, ya que entonces solo hizo figurar el terreno valuado en G. 1.450 millones.
El mandatario poseía un patrimonio neto de G. 915 millones, en el 2014. Tenía un inmueble en el barrio Trinidad de Asunción, de G. 725 millones y una camioneta Toyota Hilux 2006, que le costó G. 108 millones.
Para el 2017, cambió su vehículo, por una camioneta Huyndai Tucson 2015, de G. 165 millones y un coche Toyota Corolla 2009, de G. 55 millones, lo que se sumó a su terreno, que aún era un baldío. Su patrimonio totalizaba G. 1.352 millones.
Ya para el 2023, poseía unos 23.000 millones en bienes. En el lote de Trinidad ya había una lujosa propiedad de G. 4.253 millones y también figuraba la compra de la propiedad en Sanber.
Además, hizo figurar una oficina particular, valuada en G. 700 millones, en el mismo barrio Trinidad, y otra vivienda en dicha zona, que costaba G. 166 millones.
En cuanto a vehículos, solo aparecía una lujosa Toyota Fortuner 2021 valuada en G. 350 millones, además de acciones, bonos y certificados de depósitos de ahorro por casi G. 15.000 millones.
Peña se había enojado por la investigación sobre sus bienes y respondió a periodistas que él trabajó “desde los 18 años”.