Tres horas de pura angustia vieron dos jóvenes padres y sus familias tras el rapto de su pequeña recién nacida del Hospital de Barrio Obrero, Asunción.
Una cadena de situaciones llevó a que Natalia González (38), ciudadana argentina pudiera apoderarse de la criatura y llegó hasta la frontera. Una vez detenida, la sospechosa aseguró que su papá le pidió la llevara a Argentina y que incluso le pagó G. 1.000.000.
Estas declaraciones fueron negadas rotundamente por las abuelas. Miriam Barrios, mamá de Yadira (19), comentó que su yerno en todo momento le acompañó en el alumbramiento de su pequeño. “Él estaba acá conmigo. En la sala no puede haber dos personas, entonces él se quería ir al baño de afuera, entonces salió a buscarme y en ese ínterin fue que entró (Natalia vestida de enfermera)”, indicó.
Por su parte, doña Pabla, abuela paterna, dijo que no conocen de ninguna parte a la extranjera. “Me sorprende mucho lo que dijo. Nosotros no le conocemos a esa señora. Mi hijo es albañil, ni para el pañal no tenemos pio vamos a tener para pagar a esa señora. Él estaba todo el tiempo con mi nuera. Eso es mentira”, expresó con mucha impotencia.
Agregó que todo fue un invento de la mujer. “Cualquier cosa va a decir. Él (su hijo) estaba llorando acá buscándole a su hija. No tenemos conocidos ni familiares en Argentina. Es totalmente desconocida esta señora”, relató.
El propio Ismael Coronel también habló y negó todo. “Apenas G. 110.000 gano. No voy a tener para pagar eso. Ni loco voy a vender a mi bebé”, expresó.
El joven tuvo que volver de su trabajo para intentar aclarar la situación y ponerse a disposición de las autoridades. Indicó también que podría entregar hasta su teléfono para que vean las comunicaciones.
Las familias de la víctima son de zona bañado Tacumbú y Puerto Sajonia respectivamente.
Tráfico de niños
La mujer fue identificada como Natalia González, de 38 años, de nacionalidad argentina, podría ser parte de un esquema internacional de tráfico de niños. Al menos eso sospecha la policía.
Según se supo, un vehículo de color oscuro ya la esperaba en la frontera de Nanawa y Argentina.