18 may. 2024

Pagó G. 30 mil y los asaltantes le devolvieron su cartera

Las mujeres siguen siendo las víctimas preferidas de los delincuentes. El 90% de los aprehendidos por hurto son del sexo masculino, según datos de la Policía Nacional Las mujeres siguen siendo las víctimas preferidas de los delincuentes. El 90% de los aprehendidos por hurto son del sexo masculino, según datos de la Policía Nacional

“Un joven me detuvo pocas cuadras antes de llegar a mi casa. Me dijo que podía recuperar la cartera que me robaron días atrás”, comentó una señora de 43 años que prefirió resguardar su identidad. La mujer contó que sintió cierta desconfianza, pero decidió aceptar la propuesta por temor a represalias de los delincuentes.

“Le dije que sí y al siguiente día, en el mismo lugar, me esperaba con mi bolso en mano. Me pidió G. 30 mil, le di y desapareció. Dentro de todo, eran ladrones buenos”, relató. La señora aseguró que todos sus documentos estaban dentro de la cartera, menos su dinero.

Sigue con temor

La víctima manifestó que no sabe si se trataba de su propio asaltante o de algún cómplice, pero que decidió no realizar la denuncia a la Policía, porque teme que los delincuentes la busquen nuevamente. Desde aquel día, su familia busca otras alternativas para evitar que ella vuelva del trabajo caminando o sin compañía.

Se volvió común

La Policía Nacional indicó que este modus operandi “es normal”, sobre todo cuando se trata de asaltos de barrio. “Esto sucede cuando la víctima y el agresor son del mismo barrio o de alrededores. Muchas veces llegan hasta las comisarías; temerosos, cuentan lo sucedido, pero no se animan a realizar una denuncia formal”, añadió el oficial.

Según la Policía, otro modus operandi que se volvió popular es el de comunicar el supuesto secuestro de un familiar y pedir recompensa, o inventar que el familiar ocasionó un grave accidente y que debe enviar dinero por giro para no realizar la denuncia. Los oficiales alientan a las víctimas a denunciar los casos de asalto antes que ceder a los chantajes de los delincuentes.