Una receta médica compartida en redes sociales abrió un debate sobre la mala caligrafía de muchos doctores y los problemas que surgen a raíz de ella.
“Muchos colegas no pudieron descifrar esto, la farmacia menos y la paciente necesita. Yo solo trato de ayudar”, tuiteó la médica Gabriela Carfe.
La publicación destapó un problema que viven a diario muchos enfermos y familiares que acompañan a un paciente internado en el hospital.
“Me pasó lo mismo, imposible era descifrar. Tuve que volver al lugar donde la atendieron, el médico ya se había retirado y dos horas después pude contactar nuevamente con él y pude medicar a mi hija. De terror”, expresó María.
Fermina Daza, quien acompaña a su papá a todas sus consultas médicas, encontró una manera de resolver este tipo de problemas.
“Yo hago lo siguiente: grabo en audio la consulta con la doctora de mi papá porque imposible entender las indicaciones”, explicó.
Noelia Denis tuvo una mala experiencia a causa de la mala caligrafía de su doctor.
“Cuando me quitaron las muelas de juicio el doctor me había recetado un medicamento y una dosis alta (al parecer), pero como no se entendía la letra, en la farmacia me dieron otro medicamento y con dosis pediátrica”, recordó.
Es negligente
Son pocos los médicos que se animan a hablar de este tema por no hacer quedar mal a sus colegas o porque padecen del mismo inconveniente.
“Algunos pacientes inclusive me llegaron a preguntar si en la Facultad de Ciencias Médicas existe una asignatura en la cual se le enseña al estudiante a escribir con una letra ilegible. Obviamente la respuesta es no”, expresó el doctor Hernán Rodríguez, infectólogo.
En contrapartida, destacó que hay médicos que tienen una caligrafía excelente. “También están los otros, como yo, que hacemos lo posible por tenerla al menos legible”, apuntó.
Una doctora del IPS que conversó con EXTRA señaló que entregar una receta médica con mala letra es negligente. “Si por una mala lectura de la receta se llegase a administrar aspirina a un paciente anticoagulado, las consecuencias serían terribles. Los farmacéuticos preguntan a su cliente por qué afección consultó para descifrar de qué remedio se trata”, advirtió.
El doctor José Bogado no opinó de sus colegas con mala letra, pero resaltó que los pediatras que conoce tienen una excelente caligrafía. “Inclusive dibujamos y pintamos las recetas para nuestros pacientitos”, resaltó.