Su pancita se llenaba solo una vez al día. Las demás horas, con solo 7 años, se tenía que aguantar el dolor de panza por el hambre.
Su único refugio era la escuela, por lo que sintió confianza y contó el infierno que estaba viviendo junto a su madrastra y su padre, quien sería adicto al alcohol. El hecho se denunció este lunes, en la subcomisaría 13° del barrio Remansito de Ciudad de Este.
La fiscal Viviana Coronel relató que el pequeño contó que si comía, era solo poroto. Que llaveaban el baño para que no pudiera hacer sus necesidades durante todo el día y si tenía que ducharse, solo lo dejaban bañarse por cinco minutos.
“Una situación muy triste lo que pasaba este chiquito. Ahora, ya se encuentra bajo guarda de otros parientes”, indicó la investigadora.
La representante del Ministerio Público ya imputó por maltrato infantil y pidió prisión para ambos.