Sin poder despertar llegó ayer alrededor de las 19:00 horas, un niño de 3 años y 4 meses al servicio de urgencias pediátricas del hospital regional de Pedro Juan Caballero. La tía, dijo a los doctores que sospechaba que se intoxicó con ¡una torta de marihuana!, sin explicar cómo el peque tuvo acceso a ella.
“Fue traído ligeramente somnoliento y sometido a un examen toxicológico. El resultado salió bien, es decir, no se encontró ningún tipo de sustancia en el organismo del niño. Todo negativo a las distintas sustancias”, informó el doctor Pablo Ayala, director de dicho nosocomio en contacto con los medios locales.
El niño está todavía internado, pero ya estable indicó el personal de blanco, asegurando que en horas más sería dado de alta nuevamente para regresar a su hogar.
No obstante, el hecho fue comunicado a las autoridades policiales y fiscales para su correspondiente investigación.
De acuerdo con el informe de la comisaría segunda local, los padres de la criatura le habían dejado a su hijo bajo cuidado de su abuela para ir a laburar. A eso de las 15:00 más o menos llegó a la vivienda el cuñado de la abuela, quien sería adicto a las drogas y le entregó varios pedazos de torta.
El niño le dijo a su abuela si podía comer el pastel y ella le dio una porción y comió un pedazo. Después de eso, el menor fue al patio para jugar y minutos después ingresó de nuevo y quedó dormido hasta las 18:00 aproximadamente. Al despertarse le refirió a su abuela que se sentía mareado y al observar que el niño estaba con el rostro pálido, le llamó al padre y llevó volando al nene a bordo de una motocicleta hasta el Hospital Regional.
Según la abuela, en el trayecto ella también se sintió mareada, entonces sospechó que su cuñado preparó la torta mezclando los ingredientes con macoña. Dijo que incluso, encontró una semilla verde en ella.
La abue también quedó en observación internada ya que estaba con la presión arterial muy alta.
Todo lo ocurrido fue comunicado a la fiscal de turno Mirtha Martínez. Horas más tarde, llegó al hospital el abuelo, quien entregó a los policías una bolsa que tenía adentro cuatro porciones del postre que comieron su doña y su nieto, para que hagan los correspondientes análisis a fin de confirmar o descartar que haya tenido droga.