“Cabeza Branca” fue rejuveneciendo paulatinamente con cirugías para despistar a la policía.
El narco Luiz Carlos da Rocha, “Cabeza Branca” tiene 20.000 cabezas de ganado en el norte de nuestro país y posee entre 8 a 10 millones de dólares en el sistema bancario paraguayo, según informes de las autoridades brasileñas que empezaron a analizar los 70 celulares y las computadoras incautadas del que fuera el hombre más buscado de Sudamérica, hasta que fue detenido el mes pasado.
“Cabeza Branca”, quien llegó a vivir en Puerto Antequera (San Pedro), poseía también propiedades en Yby Ya’u (estancia “Suiza” y “Santa Eduvigis”). Según el diario O Globo, las haciendas eran legales, pero eran usadas para el lavado de dinero.
Extraer todo el contenido de cada celular tarda 25 días en promedio; la DEA está en eso (fotos: Policía Federal/Divulgación)
La Policía Federal brasileña creó una fuerza de tarea especial, con expertos del famoso Lava Jato y la ayuda de la DEA norteamericana que analizan el contenido de los celulares y las numerosas computadoras incautadas del poder de Rocha, tanto en el lugar de su detención (Sorriso, Mato Grosso), como en su casa de Sao Paulo.
Las computadoras tienen 10 terabytes de información (para graficar: equivalen a 10.240 pendrives de 1 Giga), que serán revisadas en detalles. Los especialistas de la DEA, a su turno, tienen un equipo que escanea el contenido de los celulares. Extraer los datos de cada celular lleva un promedio de 25 días, explicó Elvis Secco, coordinador de la operación en Londrinas.
Durante la detención del narco, se incautaron 4,5 millones de dólares en efectivo y 1,5 toneladas de cocaína. Pero se estima que la fortuna de “Cabeza Branca” trepa a los 100 millones de dólares. Y sus envíos mensuales de cocaína eran de 5 toneladas, según las autoridades.
Da Rocha, quien se hizo una serie de cirugías plásticas para eludir a la policía y también se cambió de identidad, permanece en la Penitenciaría Federal de Catanduvas (estado de Paraná) y si bien reveló parte de su modus operandi, se negó enfáticamente contar los nombres de sus clientes, alegando motivos de seguridad.
No obstante, es sindicado como el principal proveedor de drogas para el PCC y el Comando Vermelho. Y no solo introducía al Brasil la cocaína traída de Colombia y Perú, sino también lo exportaba a Europa y Estados Unidos, según la policía. Calificado como “el embajador de la droga”, se ganó ese mote porque se las ingeniaba para trabajar con las dos grandes organizaciones criminales brasileñas, sin involucrarse en la pelea que había entre ambas.
Al mismo tiempo que “Cabeza Branca” había caído también en julio último su mano derecha, Wilson Roncaratti, encargado de transportar físicamente el dinero desde la frontera paraguaya. Supuestamente, este último no tenía contacto con la droga, solo acarreaba los dólares. Las autoridades brasileñas levantaron el secreto a unas 80 cuentas bancarias y fiscales relacionadas a la organización del famoso traficante.
Aparte de haber vivido en Paraguay, hasta que huyó al Mato Grosso (Brasil), donde tenía al menos cinco haciendas, “Cabeza Branca” fue relacionado con una serie de sucesos ocurridos en nuestro país, como el caso del asesinato del diputado Magdaleno Silva, ocurrido hace un par de años. El narco se hizo conocido cuando años atrás apareció su figura en gigantografías en varios puntos del país, entre los traficantes más buscados. Además, es conocido en el ambiente mafioso por ser el que más coimas pagaba.