Mientras el país celebraba la clasificación de la selección paraguaya al Mundial, entre bombas, bocinas y gritos de alegría, Antonia Salinas Espinoza (28) fue asesinada por su expareja, Derlis Adilson Dávalos (31), quien tenía antecedentes por lesiones graves, privación de libertad, coacción sexual, violación y violencia familiar.
Tras cometer el feminicidio, el hombre huyó. El cuerpo de Antonia fue hallado cerca de las 00:35 de ayer en su casa, ubicada en una calle sin nombre del barrio Villa del Maestro, en la ciudad de Santa Rosa del Aguaray, San Pedro. El 24 de agosto pasado, Derlis Adilson ya había sido detenido por agredir a Antonia.
En esa ocasión, estuvo retenida y amenazada con un arma de fuego durante más de 24 horas. Aprovechando un descuido de su ex, logró enviarle un mensaje a su hermano para contarle lo que ocurría, que el tipo le iba matar.
Agentes de la comisaría 18 local fueron avisados y apresaron al tipo e incautaron un revólver calibre 38.
El agresor quedó a disposición del fiscal Juan Daniel Benítez, quien el 25 de agosto ordenó su liberación. Ña María Domitila Espinoza, madre de la víctima, afirmó que Derlis era violento y que su hija, tras cada ataque, buscaba refugio en su casa.
“Una vez mató a tiros a los caballos que teníamos, pero no lo denunciamos porque mi esposo decía que debíamos evitar problemas”, relató María Domitila. “Es un abusador y un loco, debe ser detenido”, afirmó. La doña pidió que encuentro a su ex yerno. “Mi hija no mereció este final”, dijo.
Nieta rezaba
Ña María Domitila relató que su nieta de 9 años rezaba día y noche porque temía que su padre matara a su madre.
“Le decía: ‘Cuídate, tengo miedo porque papá te va a matar’”, comentó.
Añadió que ahora no sabe qué le dirá a su nieta. La víctima era ama de casa y, en su época de colegio, fue reina estudiantil