“No existe cultura indígena que justifique la violencia hacia las mujeres y las niñas”, declararon esta tarde las Mujeres Indígenas del Paraguay (MIPY), quienes exigieron justicia por la muerte de dos nenas Ava Guaraní.
La articulación se pronunció sobre el feminicidio de una niña de 13 años, cometido en una comunidad indígena de Canindeyú; así como por el fallecimiento en Yataity del Norte (San Pedro) de una pequeña de 4 años que tenía rastros antiguos y nuevos de abuso sexual. Ambos casos se dieron a conocer el domingo.
Las mujeres organizadas resaltaron que siempre piden a las autoridades investigar los crímenes contra niñas y mujeres pero que hasta ahora no ven una respuesta adecuada.
“Ya hemos cursado notas en otras oportunidades al Ministerio Público, para pedir que investiguen con celeridad los casos de violencia hacia las mujeres y las niñas indígenas y hoy, volvemos a insistir, porque algunas declaraciones públicas dan cuenta de que los agentes necesitan conocer mejor cómo aplicar los instrumentos nacionales e internacionales para investigar y sancionar en los casos de violencia, pero sobre todo, para proteger a niños, niñas y adolescentes”, expresaron.
Pidieron respeto
En su comunicado, la articulación de mujeres pidió respeto de parte de las autoridades y líderes de opinión que, al referirse al feminicidio de la menor de 13 años, dicen que el asesino “era pareja” porque tenía “consentimiento de la familia”.
“Ningún consentimiento de padre y madre puede justificar la convivencia de una niña de 13 años con un adulto de 26 años. Se trata de cualquier manera de un delito de estupro. No ‘es normal’, como dijeron hoy algunos líderes de opinión, que las niñas indígenas sean entregadas por su familiares a un hombre mayor”, añadieron.
Además de pedir justicia por las dos niñas, las referentes indígenas pidieron justicia para las otras mujeres indígenas víctimas de feminicidio de este año.
Se trata de Ermelinda Álvarez, de 34 años, que el 15 de julio fue asesinada por su pareja
en la comunidad Cayin ô Clim, en Mariscal Estigarribia (Boquerón); Blásida Feliciana Leguizamón Morilla, de 31 años, indígena en situación de calle que fue asesinada por su pareja en Presidente Franco (Alto Paraná) y una joven indígena cuyo nombre se desconoce. “A casi un año del hallazgo, aún no sabemos si la identificaron, si sigue en la morgue o entregaron su cuerpo a su comunidad o sus familiares”, apuntaron.