Camila Ruiz, una mujer no vidente, ayer a las 06:35 solicitó el servicio de Uber para llevar a su bebé de 2 meses y su niña de 2 años a la guardería. Por el camino sufrieron un momento de terror.
“Llegó mi Uber (Hyundai i10 HB20x AALS 708), el cual no se quedó frente a mi casa, sino que un poquito más retirado. Abordé el vehículo con mi pequeña y mi bebé, mi pequeña de dos años estaba llorando un poco porque no quería asistir el día de hoy al EDI”, comenzó relatando en su cuenta de Facebook.
Al iniciar el viaje, el conductor se molestó por el llanto de los chicos. “El chofer me dice: por favor, que no grite. Automáticamente le respondo que iba a distraerla y que me tenga paciencia, tratando yo de controlar la situación con mis dos hijos”, señaló Ruiz.
Pero el conductor no tuvo empatía por la mamá y condujo de forma imprudente. “El chofer comenzó a subir el volumen de la música y a manejar con más velocidad, tanto así que comenzó a manejar en zigzag, arriesgando y poniendo en peligro nuestra vida. No comprendí si era para asustar a mi hija o a mí o por los nervios”, manifestó.
La situación asustó mucho más a los niños. Pensando que el conductor se daría cuenta de su mal servicio, Camilia le pidió que se detuviera e indicó que cancelaría el viaje. Pero el chofer paró en medio del camino y él mismo canceló el viaje.
Todo se complicó después. Al intentar bajarse de su lado, abrió la puerta y se dio cuenta de que estaba del lado donde pasaban los vehículos. Se bajó como pudo con su niña y su bebé en brazos, además de dos mochilas y su bastón.
La nena no dejaba de llorar y la madre le explicó que tomarían otro auto. “Cuando nos bajamos, antes de cerrar la puerta se me cayó el bastón. Le dije a mi niñita que me ayude a encontrarlo, pero ella, como estaba tan asustada, no pudo ayudarme. Hice maravillas y lo encontré; el muchacho ni siquiera intentó bajarse a darme la mano”, apuntó.
Dos personas de buen corazón vieron lo que estaba sucediendo y se acercaron a ofrecer ayuda. “De la impotencia, lloré, les expliqué lo que sucedió, que tenía la intención de llevarle a mi pequeña a la guardería y también, indignados, se ofrecieron en llevarnos y acercarnos hasta el lugar; sin embargo, decidimos volver a nuestra casa con ayuda de estas dos personas”, manifestó la afectada.
La señora realizó la denuncia en la plataforma; sin embargo, realizó su descargo en Facebook para agradecer a las personas que las ayudaron y para escrachar al conductor. “Nos llevamos un gran susto, con una mezcla de rabia, impotencia. Ojalá ninguna persona pase lo que yo pasé”, expresó.
Conductor dio su versión
El conductor de Uber, Andrés Santacruz, señaló que el problema inició porque la hija de la pasajera estaba gritando demasiado.
“Estaba gritando de forma que me hacía doler los oídos (tengo hiperacusia, lo que significa que tengo mucha sensibilidad en los oídos, me produce cefalea), le pedí amablemente 2 veces que si podía tranquilizarle, me dijo: es una criatura, no se le puede decir que no grite”, manifestó.
En su relato, Santacruz asegura que la niña hizo mucho berrinche hasta el punto de patear su asiento y romper el acolchonado.
Tras cancelar el viaje, los pasajeros bajaron y, desde afuera, la mujer le gritó improperios. Andrés apuntó que no se dio cuenta que la señora era no vidente ya que se subió sin inconvenientes y no vio el bastón.
“No digo que no tenga alguna discapacidad, pero la parte de “soy un desalmado que no me importa una madre con su niña” no es así. Estoy ofreciendo un servicio de transporte, el vehículo viene nuevo y limpio, yo bien vestido y tranquilo, se supone que debemos respetarnos entre conductores y pasajeros, yo si di respeto de mi parte, pero no tuve el mismo trato de parte de la chica”, expresó.
La publicación ya tiene más de 2 mil compartidos. En los comentarios expresan su solidaridad a la madre no vidente y repudian el accionar del conductor identificado en la plataforma como Carlos Andrés.