La explosión en plena madrugada despertó a los vecinos del barrio Republicano de Asunción. “Mi personal acudió por un llamado al 911 de un vecino que escuchó un disparo y se fueron a encontrar el cuerpo tendido”, relató a EXTRA el comisario Pedro Molinas, jefe de la comisaría octava Metropolitana.
El reloj marcaba las 3 en punto del sábado. Willian Antonio López, de 36 años, ya no tenía pulso. Sobre las calles 37 Proyectadas y Cantalupi su cuerpo descansaba en medio del pasillo, a una cuadra de su vivienda.
“La última persona con la que se le vio fue un tal Héctor Walter Santacruz que estuvo merodeando la zona y la fiscal Sonia Sanguinés ordenó su detención. Ya se le practicó la prueba de parafina”, indicó Molinas. El uniformado comentó que, al principio, ningún vecino quiso colaborar, pero finalmente mencionaron que podría tratarse de un crimen entre cliente y vendedor de drogas. “Según dijo la gente tuvieron problemas de drogas”, apuntó.
Relató que el autor, de 34 años, ya tiene un antecedente por homicidio doloso. En el 2017 abandonó la cárcel donde pasó cuatro años por el asesinato de su primo, Éver Hugo Meza Garcete. En aquel tiempo, tenía 25 años y en una ronda de tragos se convirtió en criminal. Con un cuchillo sacó la vida a su pariente, lo atacó clavando su pecho y rostro, pero el arma homicida no se había encontrado.
Dos horas y media más tarde, el presunto autor del nuevo homicidio fue detenido y trasladado hasta la sede policial donde quedó a disposición del ministerio público.