Sin miedo a ser llamados “lorito óga”, “dominado” o “výro”, hay hombres que muestran el gran amor que sienten por sus esposas de una forma muy especial. Muchos piden tener el apellido de “la patrona” en sus cédulas de identidad.
Esta peculiar “prueba de amor” comenzó en 1992, cuando se modificó la Constitución y, entre los cambios, se establecía la opción de pedir que en el documento aparezca el apellido tanto del marido como así también de la esposa, siempre de manera opcional.
El comisario principal Saturnino Villalba, jefe de Gabinete del Departamento de Identificaciones, explicó que existen por lo menos 100 varones paraguayos que optaron por esto. “No acostumbramos preguntar la razón por la que lo hacen, pero la mayoría de los hombres adhieren el apellido de la esposa cuando el mismo es extranjero”, indicó.
Añadió que el trámite para este tipo de cambios es muy sencillo y que algunos arrieros incluso escriben una carta explicando los motivos de su decisión.
El caso
Un ejemplo de ello es el caso de Eduardo Mattosch quien, como prueba de amor, decidió llevar el apellido de su esposa Bettina Adorno.
En su cédula de identidad aparece ahora como Eduardo Mattosch de Adorno.
El hombre contó que su señora primero fue la que quiso anexar el apellido marital. Ante esta decisión, él hizo lo mismo. Eduardo cree que el machismo es la barrera que el paraguayo no puede superar aún y esto solo impide demostrar el lado romántico, por miedo al qué dirán los amigos.