La mamá de Mainumby rompió el silencio y reveló al medio de prensa inglés The Guardian las dolorosas vivencias que sufrió su hija durante y después del embarazo, a causa del abuso sexual de su padrastro.
“En el momento del abuso, salía de la casa a las 4 a.m. todos los días para trabajar como proveedora de servicios escolares y regresaba después de las 7 p.m. Ella trató varias veces de informar sus sospechas (del abuso), pero fue rechazada”, dice parte de la entrevista con The Guardian.
La mamá relató que cuando Mainumby se mantuvo en un refugio de la Cruz Roja, con otras nueve madres menores de edad, le enseñaron con una muñeca cómo cambiar a su bebé.
“Incluso la hicieron amamantar. Imagínense cuánto nos lastima a los adultos cuando amamantamos por primera vez. No puedes explicar el dolor. ¿Y para ella? Esto dejó una marca en ella ... No podrá crecer normalmente. Destruyeron a la niña que ella era”, indicó la mujer, quien según el reportaje se mantuvo llorando durante toda la entrevista.
Mainumby, ahora de 14 años, sufre un dolor crónico en las caderas y la cintura, como resultado de su embarazo al extraer calcio y vitaminas de su cuerpo en crecimiento.
Las cicatrices psicológicas aún son más graves. La señora manifestó que Mainumby se autolesiona regularmente. “Toma medicamentos, sus antidepresivos, píldoras para ayudarla a dormir”, dijo Rosana. “Tiene ataques de pánico ... varias veces, ha querido suicidarse”, lamentó.
La progenitora de la niña madre también sifrió violencia en el penal del Buen Pastor, donde fue recluida por un tiempo por las sospechas de ser cómplice del abuso sexual al que fue sometida su hija. En prisión, las presas la asaltaron y la rociaron con agua caliente, la trataron como una criminal.
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