Cuando Marta (nombre ficticio) salió a la vereda, vio que un joven estaba demasiado cerca de su hijo. Ahí reaccionó.
Su hijo, de 20 años, acababa de llegar del trabajo y estaba por guardar su motocicleta en el garaje de su casa en el barrio Sajonia, en Asunción, cuando dos ñembo chespis en moto se le acercaron.
Marta contó a EXTRA que eran alrededor de las 9 de la noche y que alcanzaba a ver la silueta de los muchachos bajo la poca luz de la calle. Según relató, uno de ellos se quedó sobre el biciclo, un poco más adelante, mientras el otro se acercó a su hijo para hablarle.
“Yo salí a mirar porque siempre hago eso cuando mis hijos llegan o salen para el trabajo”, explicó la mujer. Dijo que su hijo hace delivery y que siempre llega tarde, por eso suele acompañarlo o al menos observar desde la puerta. “Yo no uso bastón, pero tengo uno que era de mi mamá y siempre salgo con eso por seguridad”, relató, aunque reconoció que aquella noche se asustó.
Se fueron, porque la mamá salió con un bastón
Cuando vio que el desconocido estaba muy pegado a su hijo, preguntó qué pasaba. “Me di cuenta de que era una situación medio dudosa”, recordó. En ese momento, uno de los jóvenes la miró y le dijo: “Hola, tía, ¿no me conocés?”. Marta le respondió que no y que no lo conocía de ningún lado. Luego de eso, ambos se alejaron del lugar.
Después, su hijo le contó lo que había ocurrido. Uno de los muchachos le había pedido dinero y, al decirle que no tenía efectivo, el desconocido le pidió que le hiciera una transferencia. “Me pidió nomás plata”, le comentó el joven a su mamá. “Yo le dije que no tenía efectivo, entonces me dijo que le transfiera”, agregó.
El joven terminó transfiriendo unos G. 15.000. “Imaginate, si no tenés plata, lo mismo te vas a pedir hacer transferencias. Sacás tu teléfono para hacer transferencias y te llevan tu teléfono”, se lamentó.
Ya se cuidan más.
Marta, que es diseñadora, mencionó que todo ocurrió hace menos de un mes. Contó que los jóvenes parecían muy chicos, “muy jovencitos”, y que nunca antes les había pasado algo parecido. Para ellos resultó ser muy llamativo e indignante. “Yo me di cuenta de que uno estaba un poco más adelante, en la moto, y el otro fue el que se bajó para acercarse. Por suerte salí justo en ese momento, porque no sé qué iba a pasar si permanecían más rato ahí”, relató.
Mencionó además, que desde ese entonces la familia y los vecinos están alertas. En la zona hay cámaras de circuito cerrado, y de tanto en tanto hacen monitoreo por seguridad.
Cuidacoches con pos y QR
En 2023, un hecho similar se registró en el barrio Villa Morra, en Asunción, donde un cuidacoches comenzó a cobrar a quienes estacionaban sus vehículos con pos. En la misma zona, los informales también te dicen que tienen QR para que le pagues si no tenés efectivo.