Roberto Euclides Páez volvía ayer desde Itauguá con destino a San Bernardino cuando llantó una de sus ruedas. En medio de la nada y bajo el sol, les dijo a sus dos criaturas que se queden adentro del vehículo mientras él arreglaba.
Una camioneta de la Patrulla Caminera justo estaba como a 200 metros viniendo. Miraron lo que pasaba y retomaron. Se pusieron detrás, entre tres colocaron las balizas, le saludaron y le ofrecieron su ayuda.
“Para mí fue algo supremamente importante en el sentido de que estaba solo con el calor con mis criaturas y ellos, afortunadamente se acercaron a mí y me cambiaron la rueda, inclusive hicieron todo el trabajo”, señaló a EXTRA.
El hombre les preguntó sus nombres pero prefirieron pasar de anónimos. Sí le permitieron sacar unas fotos que compartió en su muro.
“Es un aspecto muy humanitario de estos agentes de tránsito lo que hicieron ayer por mí”, resaltó. Lo que más le llenó de emoción es que le hayan tratado bien a pesar del miedo que a veces se les tiene.