Luego de haberse referido a las profesoras como “burras” ayer en sesión, la diputada liberal comenzó a recibir un montón de mensajes al celular, pero lejos de amilanarse empezó a señalarle a cada uno sus errores ortográficos o gramaticales.
“Paso una muestra que confirma mi ‘desacertada’ afirmación que hay una partida de maestras burras. También maestros había sido” (sic) refirió. Ella cree que los que le mensajean son docentes.
Aparte de eso, también le añadieron sin su consentimiento a un grupo de , para “trozarle”. “Quien carajo sos para agregarme a un grupo si mi permiso” (sic), escribió y se retiró.