28 mar. 2024

Le llamaron en su día libre y fue garroteado

Gomero acusado de vender cubiertas ajenas. Mientras se discutía con el patrón, otro le pegó.

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El trabajador se hizo estudios y hasta los médicos hicieron vaquita para colaborar, dijo la doña.

Rubén aprovechó su día libre para ir de pesca, pero una llamada de su trabajo le obligó a suspender todo para ir a presentarse ante el patrón.

Al gomero de 27 años le acusaron de robar cubiertas de la gomería y venderlas por 1.500.000 guaraníes.

Cerca de las 18:40 del miércoles, llegó a la gomería Sagitario, de Minga Guazú, con la intención de defenderse y aclarar las cosas.

“Dijeron que yo fui el que vendí las cubiertas ajenas, que yo no hice, y les pedí pruebas”, expresó. El dueño, Gustavo Acosta, le dijo que tenía varios testigos.

El trabajador admitió que le dio un leve empujón, y casi al instante, recibió un golpe a traición.

Señaló al secretario Edelio Ferreira como el que le llegó de hacia atrás y le dio en la cabeza con un objeto que él no llegó a ver qué era. Ya en el suelo, siguió ligando, según su relato.

La hija del dueño, llamada Laura, fue quien envió un audio a la esposa del trabajador, diciéndole que debía pasar a buscar a su marido para evitar que siga ligando.

“Le pedí auxilio a mi padrastro, en moto nos fuimos a buscarle”, relató Jenniffer López.

Al llegar, encontró a Rubén en el suelo, todo ensangrentado, y a una multitud de empleados que solo hicieron el papel de mirones por más de que les suplicó ayuda, recordó.

Primero volvieron a la casa, distante a dos kilómetros, pero cuando vieron cuán grande era el corte en la cabeza lo llevaron al hospital.

Tras una tomografía, los médicos encontraron que la herida en la cabeza fue superficial, aunque necesitó varios puntos de sutura. La nariz fue en realidad la parte más afectada. El mismo día de la agresión radicó su denuncia en la Comisaría 8va y al día siguiente el caso fue derivado a la Fiscalía.

Habló el patrón

Gustavo Acosta, dueño del negocio, sostuvo que el empleado vendió las cubiertas ajenas y que por eso le reclamó en su día libre, pero que finalmente le perdonó.

También dijo que Villalba llegó borracho y negó que el otro empleado le haya pegado en la cabeza. Supuestamente le empujó nomás y el tipo cayó sobre una llanta. Luego de eso, la pelea habría seguido, según él.

Añadió que él no se metió en el lío y que está dispuesto a mantener a los dos en su puesto.

La doña del agredido dijo que, como estaba de pesca, su marido sí tomó un poco, pero no estaba borracho: “quieren justificar con eso lo que hicieron”, expresó.