¿Por qué hay días de la mala suerte? ¿Por qué decimos “Jesús” o “Salud” cuando la gente estornuda? ¿Por qué tenemos miedos a los espejos rotos? Hay tradiciones o supersticiones que fueron pasando de generación a generación. En EXTRA, para mí la suerte te contamos el origen de cinco de ellas.
1. ¡Salud! al estornudar
Los griegos y los romanos asociaban los estornudos a las supersticiones. Creían que eran advertencias de los dioses, un augurio de que algo negativo iba a suceder. Creían que al estornudar el alma se separaba del cuerpo y era anuncio de enfermedad. En la antigüedad cada vez que alguien estornudaba se decía “¡salve!”, para pedir protección a las divinidades. Con la cristiandad se decía ¡Jesús!, para evitar que el diablo robe el alma de quién estornuda. La costumbre de decir “salud” habría nacido a finales del siglo VI en Roma, con la aparición del primer brote de la peste bubónica.
El papa Gregorio Magno, pidió a todo el mundo que rezara por los afectados por esta pandemia y que desearan buena salud al prójimo. Así surgió la tradición de decir “salud” a quienes estornudaban.
2. Espejo roto
Los antiguos romanos creían que los espejos contenían trozos de tu alma. Esto, unido al mito de que nuestro cuerpo se “renueva” cada siete años, alimentó la superstición de que romper un espejo significa condenar tu alma a siete años de mala suerte.
3. Cruzar los dedos
Era una antigua costumbre pagana. Creían que sus deseos quedarían guardados en el punto en el que los dedos se cruzaban hasta que se hicieran realidad. Al principio se necesitan de dos personas para cruzar los dedos, hoy en día ya no.
En momentos difíciles, cruzaban sus dedos para invocar el poder de la crucifixión de Jesús, la encarnación de su Dios en la Tierra, según la explicación religiosa (BBC Mundo). Era un saludo secreto entre los cristianos que al cruzar los dedos era un símbolo del pez y su significado: “Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador”. Después quedó como señal de la buena suerte.
4. Pedir un deseo al soplar la vela de cumpleaños
Su origen se remonta en Grecia, cuando se hacía una torta se llenaba de velas para honrar a Artemisa (aliviaba las enfermedad y el mal ánimo) para pedirle alguna gracia.
En Roma, se creía que las velas tenían un poder protector y, por lo tanto, eran encendidas en los cumpleaños para asegurar la protección de los dioses.
La Iglesia Católica instauró la idea de las “velas de los santos” como una forma de honrar y pedir la protección de un santo particular en el día de su festividad. De ahí vino que el cumpleañero debe pedir un deseo por su “santo ára”.
5. Encontrar moneda
Te vas caminando y ves un 50’i o 100’i en la calle y ni ahí alzás, pues bien, algunos creen que dejaste ir a tu suerte. Las antiguas civilizaciones creían que encontrar cualquier metal en el suelo era un regalo de los dioses. Para la numerología encontrar monedas, por más bajo que sea su valor, es señal de tus guías espirituales. Representa el éxito y la prosperidad. Así, que si encontrás una monedita, alzá y poné en tu billetera.
Fuente: Suplemento Extra para mí la suerte.
(Sale todos los domingos con tu diario EXTRA)