“En el barrio 3 de Noviembre lado Oeste, de Capiibary te descuidas y te vas a quedar desnudo. Orekuerái”, fue el reclamo de Ana Liz Casco.
Contó que un muchacho de nombre Alberto, alias Rubio, no puede ver bikinis, bombachas, corpiños e incluso anatómicos. “No podemos dejar en el tendedero, al día siguiente desaparece sí o sí. Y yo me fui a reclamarle, pero él niega todo”, comentó a EXTRA.
Añadió que ella no es la única perjudicada en el barrio.
“A él no le gustan las bombachas grandes o viejitas, lleva esas más nuevas. Parece kachiãi, pero realmente nos perjudica porque ahora está caro comprar ropa interior”, dijo.
En otro momento mencionó que ya existe un temor porque esto se ha convertido en una costumbre.
“Cuando era adolescente ya hacía luego y ahora que cumplió 20 sigue con lo mismo. Nosotras encontramos por la chacra tiradas nuestras prendas después”, indicó Ana.
También mencionó que hicieron la denuncia formal, sin embargo las autoridades hicieron caso omiso al reclamo.
“No sabemos qué es lo que hace con lo que lleva, pero acá hay varias versiones y a veces tenemos más miedo porque se dice que incluso viola gallinas. Entra a nuestras casas de noche, yo creo que es un peligro”, remató.
Un trastorno
La psicóloga Paola Zapata dijo a EXTRA que podría ser un caso de fetichismo. “El muchacho puede que se masturbe con las prendas. Puede también que robe por placer que son trastornos ocasionados por distintos tipos de traumas en la niñez”, explicó.