Al fondo de un patio baldío, “adornado” con montañas de basuras, se divisa una edificación no terminada. El olor nauseabundo, las moscas y una pequeña perra con cachorritos son los únicos en ese espacio oscuro y húmedo. Un colchón en el piso, unos baldes y ropa sucia en un rincón evidencian la pobreza extrema en que vivían cinco niñas junto a sus papás en un barrio de Capiatá.
“Sus padres son adictos. Nunca había silencio en ese lugar. Por las noches corría mucho alcohol, todo el tiempo entraban y salían personas. Más tarde venían los gritos de auxilio de la mujer. Hace unos días ella corrió de su marido y él la agarró en el rincón del patio, casi la mató a golpes. Tuve que intervenir porque la policía nunca llegó”, relató a EXTRA un vecino que prefirió el anonimato.
“Esa noche que presentamos la denuncia, las nenas se quedaron en casa. Estaban llenas de mugre, de picaduras y olían horrible. Las bañamos y le pusimos ropa limpia. Su madre llegó horas después y la recibimos, le dimos un cuarto junto a sus niñas. Ella no está bien, se comporta extraña, fuma mientras amamanta a sus nenas”, detalló por su parte el abogado Óscar Elías, otro de los lugareños.
Los pobladores de la zona manifiestan que es inadmisible que las pequeñas sigan con sus progenitores y se organizan para seguir ayudando a las bebas. “Estamos recibiendo donaciones de alimentos y ropitas”, contó Elías. Los interesados pueden comunicarse al (0983) 707 583.