“La señora del ascensor”: el fantasma del IPS que apareció a un muchacho que cuidaba de sus padres

“¡Esa señora no era de este mundo!” —dijo con voz temblorosa un muchacho que tuvo un encuentro paranormal mientras cuidaba a sus familiares internados en el hospital del IPS. Lo que sucedió esa madrugada todavía se habla en los pasillos.

Una señora que conoció al muchacho en el IPS Central contó la historia en contacto con radio Monumental. ¡Preparate porque te va a dejar los pelos de punta!

La doña y su hermana cuidaban a un pariente internado en una sala grande del IPS. Justo al lado, había otra señora que tenía a dos familiares hospitalizados: su tía y su tío.
Un caso difícil, fue a dar apoyo a su primo, único hijo de sus tíos, que no paraba de correr de una sala a otra para cuidar de ambos.

Una noche, el pobre ya no daba más. “Me caigo de sueño”, dijo con la voz apagada. La doña le tiró un consejo de los buenos: “Andá tomá un matecito, eso te va a levantar.” El muchacho agradeció y salió con su termo a buscar agua caliente.

Eran las 01:30 AM. Frente al ascensor, vio a una señora parada. Muy callada, vestida de forma sencilla. Cuando llegó el ascensor, como buen caballero, le cedió el paso:

—Señora, ¿a dónde va? —le preguntó.
—Al subsuelo —respondió y se colocó detrás de él.

Cuando llegó a planta baja, el muchacho se dio la vuelta para despedirse... ¡Pero la señora ya no estaba!

El pobre joven se desmayó ahí mismo del susto. Los guardias lo encontraron tirado, con la cara blanca como sábana de hospital. Le dieron agua y cuando llegó su prima, él apenas podía hablar. Luego contó: “Yo le escuché. Me habló. Estaba detrás de mí. Después desapareció...”

Desde esa noche, corre la voz en los pasillos del IPS: hay una señora que aparece de madrugada frente al ascensor. Siempre sola, siempre callada, y siempre va al subsuelo...

Dicen que es un alma en pena que busca algo... o alguien. Otras personas dijeron que también conocieron a la misteriosa mujer del ascensor. Así que si te toca hacer guardia en el hospital... ¡mejor subí por las escaleras! Más sano luego es.