La veneración de la cruz de la parroquia Virgen de la Candelaria de Capiatá era una de las devociones más profundas del templo.
Besar las heridas de Jesús (pies y rodillas) era una tradición en cada misa. Sin embargo, sin avisar, de un día para otro, la antigua imagen sacra de Jesús Crucificado “desapareció”.
Los fieles comenzaron a murmurar, incluso que no figuraba en el inventario oficial de las imágenes del templo.
La noticia empezó a tomar fuerza y algunos hasta dijeron que la estatua, de un poco más de medio metro, tenía unos 400 años de antigüedad y estaba valuada en dos millones y medio de dólares.
Preocupación
La preocupación creía entre los católicos.
Sin embargo, Erico Galeano, colaborador de la parroquia, contó a EXTRA que todo se trató de un malentendido.
Según explicó, la imagen tiene cerca de 100 años y sí está registrada en el inventario.
Galeano agregó que el antiguo párroco fallecido en el 2023, José María Velasco, fue quien colocó la imagen en ese lugar, pero el nuevo cura, Jorge Sotelo, decidió sacarla.
“La gente que llegaba besaba la rodilla y se pelaba todo. Se sacó, porque estaba mal ubicado, luego”, explicó.
Galeano aseguró que la imagen está guardada en un lugar seguro porque es una reliquia.
En Semana Santa supuestamente estuvo expuesta al público, pero los fieles no recuerdan.
Galeano mencionó que existe un grupo pequeño que siempre cuestiona y denuncia sin fundamentos, como ocurrió hace un tiempo con la supuesta desaparición de la Virgen de la Candelaria.
“Muchas cosas se dicen, pero es mentira. Una compañera me mostró hace rato (lo que se dice) y yo me reí nomás, porque yo sé dónde está”, refirió el feligrés.
Denuncia
A pesar que Galeano explicó que la reliquia capiateña está en un lugar seguro, un grupo de fieles quiere asegurarse que sea así. Por ese motivo, acudirán a la Fiscalía para saber dónde está el verano Jesús en la Cruz.
Pasó lo mismo con la Virgen
En octubre del 2024, fieles de la parroquia Virgen de la Candelaria también denunciaron que la imagen de la Virgen había sido cambiada por otra. Según ellos, la original era morenita, y la que estaba ahora blanca y “rellenita”. La parroquia explicó que la habían llevado a restaurar, pero la sospecha siguió. Ante la denuncia, la Secretaría de Cultura hizo un peritaje y confirmó que sí se trataba de la imagen original, con su color real recuperado. Al final, todo fue un malentendido.
