14 dic. 2024

La comunidad menó donde no permiten música ni celulares

La educación y el estilo de vida en Nueva Durango, Canindeyú. Solo hay hasta 9° grado: si quieren seguir, deben irse del lugar.

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n la escuela tradicional, los niños se sientan de un lado del salón y las niñas del otro. No están separados por edades. Hay chicos de entre 6 y 11 años, normalmente.

En la colonia menonita Nueva Durango, en Maracaná, hay una fuerte cultura del trabajo, pero en detrimento de la educación de los niños y niñas, según algunos miembros.

Ahí siguen teniendo sus escuelas “tradicionales”, donde enseñan a leer y escribir y algo de matemáticas.

Un solo profesor está a cargo de todo un grupo de alumnos de diferentes edades, pero en realidad no es docente, sino alguien designado por los líderes, indicó Gerhard Schmidt, referente disidente en la comunidad.

“Ahí no hay exámenes ni notas, no aprenden castellano ni ciencias, ellos dicen que tienen grados, pero no son. Aprenden a leer, pero no entienden lo que leen”, manifestó.

Las criaturas solo van, en promedio, hasta los 11 años, después sus padres ya les mandan a trabajar. Así fue con él y no quiso que eso se perpetúe. En el horizonte no está la secundaria y mucho menos la facultad.

Gerhard y su esposa Margarita impulsaron la creación de la Escuela Básica 7.988 Amanecer Durango, la única habilitada por el Ministerio de Educación.

Ese es uno de los motivos de la división en la comunidad, donde todo se hace según su religión y además hay cosas prohibidas como escuchar música o tener celulares.

“Los que asisten a la escuela formal son los que se desprenden de la religión, de su cultura, hasta su forma de vestimenta”, dijo a EXTRA la directora departamental de Educación, María del Carmen Ramírez.

Por eso, ir a la escuela formal está mal visto por los líderes y el pastor.

El hecho de que haya criaturas fuera del sistema formal “representa un atraso para el desarrollo integral de los niños y, por ende, para la comunidad”, añadió.

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Padres conformes

La nueva escuela empezó a funcionar en 2007 y en 2014 consiguió el reconocimiento del MEC, indicó Gerhard Schmidt. Tuvieron que ir a otras comunidades menonitas como Loma Plata y Filadelfia para buscar docentes formados.

“Nadie sabía que era una educación diferente cuando empezamos. Algunos miraron la diferencia y ahí creció”, recuerda. Allí, desde el séptimo grado, los alumnos tienen acceso a 10 computadoras. Pese a que está prohibido escuchar música, se enseña la asignatura. Pero solo hay hasta el noveno grado. Quien quiera continuar, debe salir de la comunidad.

Ni música ni la radio permiten

Abraham, un miembro que fue echado hace mucho por tener novia paraguaya, usar celular y moto, contó que no se puede tener ni tele ni radio. “Es pecado, porque son cosas del diablo. Electricidad sí se permite, pero hay un grupo que ni eso usa”, había dicho. Pero algo cambió: Schmidt tiene ahora una emisora comunitaria y con ayuda de un empresario regaló radios a sus vecinos, aunque siga prohibido.

El pastor impone hasta los castigos

En 2015, jóvenes menonitas de Nueva Durango denunciaron ante la Fiscalía haber sido torturados con cable trenzado por escuchar radio. El exmiembro recordó sus días en la colonia y mencionó que el pastor decidía los castigos. “Una vez mi papá fue obligado a pegarme con correa de moto. Tenía 13 o 14 años y pillaron que tenía radio”, contó. Tiempo después, su papá le pidió perdón.

55 niños matriculados

En toda la comunidad hay 55 niños matriculados en la Escuela Amanecer Durango. Para el bachillerato, los líderes disidentes les envían a otras colonias menonitas y cubren sus gastos.