“La automedicación es una de las fuentes de la resistencia a los antibióticos”, señaló el doctor Julio Mazzoleni, ministro de Salud Pública y Bienestar Social, en referencia a la prohibición de venta sin receta de este tipo de medicamentos, que regirá desde el 1 de noviembre.
Explicó, en radio Monumental 1080 AM, que se trata de “uno de los problemas principales que estamos tratando de abortar”, a nivel de las Naciones Unidas.
“Dentro de un par de décadas habrá más personas que fallecerán por la resistencia a los antibióticos, que por el cáncer. Hay lugares, como en España, que la situación es crítica”, alertó el secretario de Estado.
Explicó que “las bacterias van generando resistencia naturalmente, pero a una velocidad muy lenta, en el paso del tiempo; cuando hacemos el uso inapropiado de estos antibióticos, la resistencia se produce a mucha mayor velocidad”.
EL COMUNICADO
El Ministerio de Salud emitió ayer un comunicado en el que advierte sobre el “mayor el número de infecciones —por ejemplo, neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis— cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos. Prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos médicos y aumenta la mortalidad”.
“Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes”, añadió.
Por ello, “es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria”, señala el documento.