Francisco Alvarenga Portillo y sus dos empleados corrieron al escuchar las explosiones. Desde hace algunos días, el abuelito de 72 años tomó posesión de un terreno situado en la compañía Calle Palma del distrito de Caaguazú (departamento del mismo nombre), debido a la falta de pago por parte de un vecino a quien le había vendido, pero desde entonces las noches en la zona se convirtieron en una especie de viejo oeste, aseguró.
Esto debido a que, según denunció, apenas entrada la noche el comprador a quien identificó como José Da Silva supuestamente envía cuatro a cinco hombres armados para amedrentarlo. “Ayer nosotros recibimos una llamada telefónica en la oficina de guardia y acudimos al lugar. El propietario nos manifestó que estaba en su establecimiento con dos personas que cumplían la función de caseros y llegó una Toyota Hilux con cuatro o cinco ocupantes que dispararon como para amedrentarle”, apuntó el subcomisario Darío Delgado, jefe de la comisaría 24 local. Luego, huyeron del lugar.
Los agentes hicieron una extensa inspección por toda la zona, pero llamativamente no encontraron señal alguna de lo que el abuelito dijo. “No encontramos nada, no había indicios de lo que refirió. Es una calle angosta que termina por la propiedad del señor. Aunque es un lugar un poco aislado y con poca luz, lo único que pudimos encontrar fueron cinco caballos que no se sabe de quiénes son. Estoy en comunicación con mis pares de Antiabigeato para averiguar”, indicó el uniformado.
El denunciante dijo que hace tres años vendió a José Da Silva el terreno mediante un contrato privado, donde estipulaba que si se retrasaba en el pago, el propietario podía tomar posesión nuevamente del terreno y que, como hace rato que ya no le paga, él decidió hacerlo, por ello cree que constantemente lo amedrentan.