Las maratónicas declaraciones en la oficina de la fiscala Esmilda Álvarez no pararían, pues en la mañana de este viernes se espera la llegada del tatuador de Bruno Marabel, quien se presentaría en el octavo piso del edificio ubicado entre Nuestra Señora de la Asunción y Haedo, de la capital.
Según los datos, días después de aquel 28 de setiembre, fecha en que se sabe que fallecieron las primeras víctimas: Dalma Rojas, Elba Rodas y dos menores, Marabel se había tatuado una imagen de “San La Muerte”. Así lo habían revelado las imputadas Araceli Sosa Díaz y Alba Armoa en una de sus declaraciones a la prensa, la semana pasada.
El presunto quíntuple homicida supuestamente alegó que su “santo” le había cumplido uno de sus pedidos, motivo por el cual debía pintarse la piel con su figura. Y así lo hizo, aparentemente, como parte de un pacto satánico.
Según confirmó la fiscala y testigos que estuvieron constantemente en la hoy conocida “casa del horror”, el tatuador sería un joven de Itá, ciudad donde residía Bruno con su padre, y podría aportar datos importantes a la investigación.
Álvarez adelantó que se espera también la declaración de otras personas llamadas por la fiscalía; como ser la odontóloga de Dalma y otras personas.
En caso de no presentarse a declarar, la fiscala podría ordenar la captura de los citados para que sean llevados a la sede fiscal en calidad de testigos para comparecer.