Luego de ver el impacto positivo de las heladeras amigables en otros países, la comunidad de la Parroquia San Antonio, ubicada en la ciudad del mismo nombre, adoptó la idea con la intención de que personas caritativas dejen sus donaciones y se aseguren de que aquellas de escasos recursos tengan algo para comer.
Tras un mes de trabajo, finalmente, ayer a la mañana dieron apertura a la “heladera amigable” en el predio de la mencionada iglesia, con la bendición del párroco Robert William Gerding. Jessica Benítez, integrante de la Pastoral Juvenil, manifestó que la idea surgió luego de una reunión con el diácono Humberto Valinotti, quien planteó la actividad teniendo en cuenta que en la zona hay una gran cantidad de personas carenciadas, provenientes de los noventa asentamientos existentes.
Abierta a todos
“La comunidad que cuenta con un alimento puede venir a donar lo que tenga, porque todo es bienvenido. No es precisamente para gente de la Iglesia Católica, es para gente de cualquier otra religión porque la iglesia está abierta a todos”, sostuvo la joven. La heladera se encuentra en una caseta construida por estudiantes de Metalúrgica que realizan su curso en la parroquia. De la pintura del espacio, se encargaron los jóvenes de la iglesia. El espacio permanecerá abierto de 09:00 a 19:00.