La ciudad ya estaba completamente a oscuras cuando Rafael Acosta transitó quince kilómetros hasta la comisaría 30 de Trinidad. Todavía le temblaba hasta el último centímetro del cuerpo mientras intentaba explicar a los oficiales el motivo de su visita. El despensero de 66 años informó que en su casa había ocurrido un asesinato.
“En compañía de este señor nos fuimos a su domicilio en la compañía Itá Verá”, relató el comisario Alver Maciel, jefe de la citada dependencia policial.
El uniformado relató que al llegar hasta su domicilio, el dueño de casa manifestó que dos personas llegaron a eso de las 15:00 a su negocio con intención de comprar gallinas, naranja y mandioca. Mientras esperaban que él les prepare su pedido, les ofreció tereré y se fue a buscar hielo a la casa de un vecino, que no queda tan cerca.
En ese ínterin, aparentemente ocurrió una pelea entre ambos y cuando don Rafael volvió a su casa ya encontró tirado en el piso a uno de ellos. El otro estaba sentado en una silla. “Entonces, el victimario le amenazó que si no le ayudaba a enterrar el cuerpo le iba a pasar lo mismo”, refirió el comisario Maciel.
Ambos arrastraron el cuerpo hacia el fondo de la casa donde el señor tiene una plantación de mandarinas y enterraron el cuerpo de la víctima en una fosa que anteriormente era utilizada como letrina. “El victimario se alejó y el dueño se fue a la comisaría para dar aviso de lo ocurrido”, apuntó el uniformado.
Bomberos voluntarios fueron convocados al lugar para desenterrar el cadáver, confirmando así el crimen.
El despensero le dio a los efectivos las características físicas del autor y con esos datos fueron hasta la casa del fallecido, donde encontraron al criminal parado en la entrada aún con el cuchillo que utilizó para liquidar a su amigo.
Maciel manifestó que el asesino y su víctima vivían en la misma casa y, que según lo que le dijo al dueño de la despensa, decidió matarle porque discutieron a causa de una deuda. Ambos cuentan con antecedentes por homicidio, aunque el autor tiene otros por homicidio y coacción, además de robo agravado.
La víctima fue identificada como Mario Silva (50), mientras que el autor fue César Damián Rivas Zarza, de 38 años.
Bomberos voluntarios llegaron hasta el lugar para desenterrar el cadáver.