“Emo’i la plata, emo’i la plata”, repetían una y otra vez quienes se hicieron pasar por agentes de la Senad. Entre cinco personas ingresaron a una vivienda situada en la Primera Línea Yakare’i de Caaguazú.
Estela V., estaba por salir con sus hijos a bordo de un Toyota Premio para hacer algunas compras, momento en que llegaron los hombres con chalecos antibalas y fusiles en mano, quienes obligaron a la dueña de casa y sus tres hijos, una chica de 19 años y sus hermanitos gemelos de 11, a ingresar nuevamente a su vivienda.
La dueña de casa explicó que no tenían efectivo, por lo que empezaron a buscar, hasta que encontraron G. 500.000 en un mueble y un teléfono de la marca Iphone, de los que se apoderaron y escaparon del lugar. Antes de retirarse, tomaron el DVR del circuito cerrado y en lugar de escapar en el vehículo que llegaron, subieron al auto de las víctimas, llevándose a la hija de 19 años de rehen.
“Los dos niños huyeron corriendo hacia el fondo de la casa, quedaron muy asustados”, relató el oficial David Verón, de Investigación de Delitos. El uniformado relató a EXTRA que se enteraron del rapto de la chica alrededor de las 20:00 y que, en el camino, supieron que uno de los vehículos fue incinerado.
“Vecinos comentaron que cinco personas se bajaron del vehículo y lo quemaron. Luego, rajaron del lugar. Ahí recibimos la información de que la chica ya estaba de nuevo en su casa, a 8 a 10 kilómetros de donde se quemó el vehículo”, indicó Verón.
La muchacha fue liberada por los delincuentes en una zona despoblada de la zona de Mbokaja’i, alrededor de 5 kilómetros antes del sitio donde el auto fue incinerado. Pidió auxilio a unos vecinos del lugar, quienes la trasladaron hasta el hospital distrital y posteriormente regresó a su casa, hasta donde se trasladaron los uniformados de Investigaciones.
La propietaria de la casa les mencionó que los falsos agentes de la Senad regresaron a su vivienda para retirar el automóvil Toyota Allion en el que habían llegado, solo minutos antes.
Supuestamente, estos aprovecharon el momento en que la mujer quedó sola en casa con sus hijos para cometer el hecho, puesto que minutos antes abandonaron la vivienda el padre de familia junto con su suegro con destino al hospital. Verón mencionó que las víctimas aseguraron no haber recibido amenazas previas, tampoco tener algún tipo de problema con alguien.