Se conocieron en el colegio, estuvieron casados por 17 años y luego se divorciaron. Rocío Teresita Muñoz Armas (41) y Roberto José Márquez Chiola (42) formaron una empresa y ambos tenían el 25% de las acciones.
La odontóloga Muñoz Armas dijo a EXTRA que el negocio era propiedad de su familia, pero los papeles dicen lo contrario.
En enero del año pasado, Márquez Chiola abandonó la casa y dejó constancia en la comisaría 4ta. de Asunción. Dijo que se mudaría a San Bernardino y que solo llevaría su ropa.
El empresario mencionó que su señora de ese entonces lo maltrató verbal y psicológicamente porque él quería firmar el divorcio. Refirió que solo necesitaba asesorarse por un abogado y que no tenía problemas en firmar los papeles de separación.
Plata y pleito
Ambos finalmente se divorciaron ese mismo año. Sin embargo, antes de eso Márquez Chiola ya tenía instalado un GPS con micrófono que la doña supuestamente mandó colocar debajo del tablero del vehículo. Así lo espió 24 horas al día por más de un año. La doña está imputada por esa causa.
También, ese mismo año, el 24 de marzo de 2020, Muñoz Armas habló en el programa Al estilo Pelusa y afirmó que fue maltratada por Márquez Chiola. Incluso mencionó que las cosas empeoraron cuando hubo mucha plata de por medio y dijo que él la dejó en la calle, algo que también afirmó a EXTRA.
La mujer lo denunció por lesión de confianza y violencia familiar y Márquez Chiola también la denunció por violencia, pero en dos oportunidades. El 25 de marzo, el hombre dio su versión y alegó que su ahora exesposa mintió.
Márquez aseguró que nunca maltrató a la doña, que no es capaz de tocar a ni una mosca, y que tampoco desvió ni un solo guaraní hacia ningún lado.
Tanto la doña como su actual pareja tienen prohibido acercarse a Márquez, pero en el registro de llamadas se comprobó que el “nuevo” también escuchaba las conversaciones del empresario. Muñoz insiste en que quedó en la calle y que la empresa está en proceso de disolución porque su ex supuestamente se tragó toda la plata.
“No es excusa válida”
El oficial Carlos Insfrán, de Delitos informáticos, recordó que hace unos años un caso similar quedó en oparei.
En ese entonces el afectado encontró un GPS con video en su auto (se veía todo lo que la víctima hacía), pero llegó a un acuerdo con su “tóxico/ a”.
“No porque sea tu pareja vos podés hacer este tipo de cosas con una doble intención porque lo esencial en este aspecto no es la seguridad”, argumentó.
Insfrán alegó que instalar GPS a un vehículo es un delito y más si la tercera persona no está al tanto de la situación.
Fue imputada a raíz del hecho
El juez penal de garantías Rolando Duarte dijo a EXTRA que admitió la querella adhesiva por lesión del derecho a la comunicación y la imagen. El 17 de noviembre, ambas partes se tendrán que ver la cara. “Se inició el procedimiento y se inicia la audiencia solamente para imponer o no una medida cautelar”, refirió. El fiscal Juan Olmedo Centurión pidió medidas alternativas a la prisión, tiene tiempo hasta el 29 de abril para presentar las pruebas contra Muñoz Armas.
Este año hubo dos casos similares
El comisario Diosnel Alarcón, jefe de Delitos Informáticos de la Policía Nacional, contó a EXTRA que en marzo y agosto de este año hubo dos casos similares. Los afectados encontraron los GPS pegados con un imán a sus vehículos, pero no se pudo saber quiénes colocaron dichos dispositivos. “Un caso ya terminó porque no se utilizó un aparato que le comunique directamente la información que estaba guardando ese GPS”, dijo. Ambos GPS debían ser retirados por los “interesados” para saber el itinerario (no tenían chip ni micrófono). Uno de ellos pilló por su cuenta y el otro fue avisado por un mecánico cuando llevó su vehículo al taller.