POTENTE
Los vehículos tienen equipamientos con alta potencia en sonido. (Ilustración)
Un festín de aquellos arman automovilistas aficionados por la música a alto volumen cada fin de semana. Decenas de vehículos se juntan en bodegas, plazas y estaciones de servicio. El único requisito es querer “farrear” y tener un equipamiento que suene bien y fuerte.
Uno de los puntos es en un surtidor de Ñemby. “Vienen en manada, toman hasta no poder y de la música es imposible descansar”, dijo un vecino de la zona.
Mujeres acompañan
En ese mismo lugar, L.R. contó lo que vio: “Tenían sus conservadoras llenas de cervezas, tocaban música, las jovencitas tomaban y bailaban”. En un autoservicio y bodega sobre Acceso Sur ocurre lo mismo. “Presumen de sus equipos, el de quién suena mejor y no piensan en los vecinos”, lamentó E.C.
A pesar de estar prohibido por ley, la polución sonora es una realidad. Y esto, mezclado con el alcohol, termina casi siempre en riña. El miércoles dos grupos estaban en una estación de servicio de Capiatá, escuchando música a todo volumen para ver quién tenía el equipo con el sonido más potente. Los perdedores se retiraron, pero volvieron y realizaron unos 15 disparos contra otro auto. José Samaniego (30), funcionario del departamento de Migraciones, quedó herido. La policía encontró 9 vainillas servidas y detuvo a Pablo Espínola (23), mientras que Osvaldo González está prófugo.
El domingo, la Fiscalía y policía allananaron una bodega en Yasy Cañy, Canindeyú, y detuvieron a cuatro jóvenes por escuchar música a todo volumen, todos dieron positivo al alcotest. El fiscal Vicente Rodríguez anunció la imputación de tres de ellos.