Con lágrimas en los ojos, muy arrepentido, un adolescente de 17 años le contó a su mamá que robó un ventilador y profanó el sagrario de la capilla Nuestra Señora de la Asunción, del barrio Azucena de Coronel Oviedo. Le confesó en un momento de “locura” cometió el delito y que se arrepentía porque sentía que era un pecado muy grande.
Sin dudar, la mamá le castigó y lo llevó hasta el templo, donde estaba el encargado y le pidió que él mismo le confesara lo que hizo y le devolviera los objetos hurtados. Muy sorprendidos, pero a la vez contentos por este acto, los feligreses festejaron que pudieron recuperar los objetos de valor para la capilla.
El muchacho abrió a golpes el jueves de madrugada el blíndex de la iglesia, entró y se llevó lo primero que tuvo a la vista: el ventilador de pie y el sagrario donde se guardan las hostias, según relata el portal Prensa Cinc.
Ya de día, esa mañana él mismo devolvió los objetos porque tuvo un sentimiento de mucha tristeza por violentar la “casa de Dios”.
A pesar de que el muchacho pidió disculpas, el hecho fue comunicado al departamento de Investigación de Hechos Punibles de Coronel Oviedo.