Escena del mayor asalto de los últimos tiempos en el local de Prosegur en CDE, atribuido al PCC. La organización criminal amplía su poder aliandose al Hezbollah.
El temido Primer Comando Capital (PCC) trabaja en una especie de asociación comercial con el Hezbollah en la triple frontera y otras zonas de Sudamérica para el tráfico de armas y drogas, así como también el contrabando de electrónicos, cigarrillos, ropa, combustible y la evasión de impuestos.
Así publicó la prensa brasileña basándose en un informe presentado por la ONG norteamericana Fundación de Defensa de la Democracia (FDD), alertando que esta alianza con la organización paramilitar libanesa eleva el poder financiero de la mayor organización criminal del Brasil.
El informe asegura que el PCC está comprando drogas en Paraguay y Colombia y repasa al grupo que actúa en el Líbano. Las drogas son compradas por un bajo precio y vendidas por un valor más alto al Hezbollah, según el “Correo Braziliense” en su edición del domingo último
Por ejemplo, en Bolivia, un kilo de cocaína cuesta unos 10.000 reales (16.500.000 guaraníes), lo que en Brasil ya duplica su precio. Luego, al mezclarse con otros productos para rendir más puede llegar a 180.000 reales (casi 300 millones de guaraníes), agrega el artículo titulado “PCC firma alianza con el Hezbollah y amplía poder financiero”.
Agrega que los miembros del Hezbollah compran la droga por el precio vendido en territorio brasileño, lo que propicia un ambiente financieramente favorable para la expansión del PCC. Por medio de puntos vulnerables, el estupefaciente entra en Brasil vía tierra, aire y ríos.
“Además, la actuación central del PCC sería en el contrabando de cigarrillos”, añade el Correio, señalando que los criminales se aprovechan de la inmensa franja de frontera de Brasil con 10 países para entrar con productos ilegales. Son más de 15 mil kilómetros en que graves problemas de vigilancia permiten el comercio millonario del crimen organizado.
Señala además que el punto más crítico es la zona de Mato Grosso do Sul que limita con Paraguay de donde la droga y los productos ilegales van a parar a las grandes ciudades brasileñas. Mientras parte de la droga va a las “cracolandias” o bocas de fumo de todos los estados, parte de lo que trae el PCC “ya tiene destino cierto:sigue hacia el Oriente Medio, comprada por Hezbollah. Estas actividades rinden a la facción brasileña un presupuesto anual de R $ 20 millones”, añade.
El científico político Guaracy Mingardi, que actuó en la Secretaría Nacional de Seguridad Pública, investiga el PCC desde hace más de 20 años. En la actualidad, la facción brasileña ha ganado ramificaciones internacionales. “El PCC ya es un grupo criminal internacional. Tiene oficinas en Paraguay para el transporte de drogas y armas, y en Bolivia, donde se comprenden los estupefantes. Tiene algunas conexiones en Perú, Colombia. A menudo, pueden hacer este transporte de mercancías a Europa y Oriente Medio. Ya sabemos que ocurre hace algún tiempo ", destaca.
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