28 abr. 2024

El “mago”, después de ser criminal

Desiderio Tillería, el último condenado a muerte habla de su vida hoy. Tiene 6 hijos. Es poeta, médico naturista y hechicero. Pidió protección a Satanás.

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Tras salvarse de la sentencia de muerte en tribunales, Tillería volvió sus riesgosos actos de magia.

Mucho antes de convertirse en asesino, Desiderio Tillería Cardozo ya era un afamado poblador de Borja, un pequeño distrito guareño situado a 160 kilómetros de Asunción. Lo conocían como el mago y, justamente por eso, fue que Modesto Vázquez recurrió a él, en busca de su propia justicia.

Esto, debido a que, según el relato de Desiderio, Vázquez también estuvo preso un tiempo y durante su estancia en la cárcel le robaron cosas de su casa.

Desiderio le prometió convertirlo en bicho para que se meta a la casa ajena y saque sus pertenencias; pero como nunca lo hizo, cuando se encontraron en la fiesta patronal, tuvieron una pelea. “Modesto me abofeteó en plena función, por eso reaccioné. Me acusaron de matar para robar y es una gran mentira”, dijo Tillería.

Aseguró que cuando salió de prisión las cosas cambiaron para él. Contó que desde Buenos Aires se fueron hasta su casa periodistas del Clarín porque su caso trascendió las fronteras.

Multifacético

Pero en su pueblo, muchos nuevos crímenes se le adjudicaron. “Sacar la vida ajena tampoco es un deporte”, expresó, asegurando que las personas que mató no eran precisamente inocentes.

“Nunca fui mala persona, nunca me peleé con mis vecinos solo por ser carcelero”, apuntó.

Hasta hoy día, en Borja, Itapé, Tebicuary, Villarrica y hasta en Caazapá, de donde es oriunda la mayoría de los Tillería, su nombre tiene peso propio.

En todo el alrededor de su valle lo conocen, no solo por su historial criminal, sino también porque lo consideran manosanta. Supuestamente, cura a los enfermos con su oración.

Médico curandero, mago, artista, poeta. “Soy multifacético, pero mi vida ahora es totalmente en mi profesión, tengo chacra, mis animales, mi familia”, señaló.

Desiderio recorrió todo Paraguay, además de varios puntos de Brasil y Argentina, mostrando su arte. Asegura que sanó gente con su oración y orando al “señor oscuro” para que lo proteja en sus actos de magia.

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Con sus manos, Desiderio amasó vidrio que tenía en una caja.

“Satanás, te pido que me hagas olvidar por un rato que soy cristiano y me protejas”, rezó antes de demostrar al equipo de EXTRA cómo “amasaba” un montón de botellas rotas que tenía en una caja.

“¡Vamos a hacer chipa, ¿vas a hacer?”, consultó y arrancó su acto. Y así lo hizo sin lastimar sus manos con los vidrios.

“Mi puño no es de ser humano, es de hierro”, refirió el ilusionista que llevó hace años su show al escenario del argentino Marcelo Tinelli.

Mencionó, además, que vivió algún tiempo en Argentina, donde tuvo tres hijos fuera de su matrimonio, y luego regresó a Borja, donde se reinstaló con su mujer y los tres hijos del matrimonio.

Contó que hasta hace unos años recorría los pueblos mostrando cómo le golpeaban con machetes el pecho sin causarle daño alguno. Incluso jugaba con su víbora, a la que daba órdenes y esta las cumplía, asegura.

Una compañera fiel durante muchos años fue la víbora de Desiderio. El exconvicto la tuvo hasta hace un tiempo, que decidió venderla. Muchos le temían, pero él tenía el poder de manejarla.

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Antes lo golpeaban incluso con machete y hasta hacía su show con una víbora (costado abajo, en un círculo).

En la actualidad labura en su chacra y de vez en cuando disfruta de ver los partidos de los jóvenes en la canchita de la colonia Boquerón. Se levanta a las 4:30 y duerme a las 21:00.

“Mi mamá vivió 106 años y papá 104”, indicó, asegurando que mucho todavía le queda de vida.

Doña le acompañó

Durante la estancia de Desiderio en Tacumbú, su abogado Noel Riveros le ayudó a tener cerca a su entonces novia. La mujer vino desde Borja a vivir en una casita en Asunción, muy cerca de la penitenciaría.

“Le compré a mi novia para su casa, para que podamos vernos mas fácil en los días de visita”, manifestó.

Fue así que también sus hijos estuvieron cerca suyo durante los 18 años que pasó en la penitenciaría. Estando adentro, él trabajó como guampero, cocinero y hasta tuvo su propio local de cantina, con el que mantuvo a su familia aún estando preso.

En época de Wasmosy

Tillería dejó la cárcel de Tacumbú en el año 1994, luego de que su compueblano Andrés Rodríguez interceda por él, logró el indulto del presidente Juan Carlos Wasmosy. Estuvo en prisión desde 1975 hasta ese año por matar a Vázquez, luego de que le diera una bofetada.

Lejos de la tecnología

Desiderio contó que en su casa ni él ni su lapa usan celular, se alejan de la tecnología porque consideran que es dañina para la salud. Agregó que se alimentan solo de la comida que producen en casa y que, aunque no trabaja, tienen estabilidad económica y buen pasar.