Al parecer, las iglesias de Asunción quedaron secas de casorios, ya que las parejitas prefieren darse el “sí” en el interior del país.
El motivo es el espacio al aire libre y la cantidad de invitados: en una iglesia cerrada solo pueden entrar entre 80 a 200 personas y, en un espacio acampado entran unas 350 personas o más.
Josefina Morel, encargada de la iglesia de la Encarnación dijo a EXTRA que tienen permitido realizar una boda por sábado, pero no siempre se celebran.
Sin embargo, desde la Catedral Metropolitana Nuestra Señora de La Asunción, mencionaron que este mes solo tuvieron una boda y para octubre está programada otra. “Algunos hacen la reserva, pero no vienen, se van a otro lado, tengo entendido que hay más preferencia fuera de Asunción”, refirió Silvio Martínez, secretario de la iglesia.
Agenda llena
Por su parte, la planeadora de bodas Carolina Rolón mencionó que los lugares favoritos de los novios son San Bernardino, Atyrá y Areguá. En su caso, Rolón dijo tener la agenda llena hasta enero, pero todas ya están bien planeadas.
“Se están haciendo las bodas destino y estamos nosotras las wedding planner viendo los diferentes puntos del país donde podamos acercar al cliente un servicio integral de todo lo que requiere”, explicó.
Lo que más se busca es el espacio amplio en las zonas rurales porque son menos pomposas y se utiliza más el minimalismo (usan menos elementos). “Desde mi punto de vista, las bodas campestres o rurales son mucho más vistosas y más lindas”, refirió.
Rolón mencionó que desde septiembre la gente está con todo con el tema de los casorios. “Ahora se está abriendo, la gente está con todo y por lo que comentan mis compañeras, están cerrando bodas por todos lados”, dijo. Ahora es temporada alta de bodas, las que no hubo durante la cuarentena.
Laburo para decoradores
Recién en la quincena de septiembre se permitió decorar las iglesias, por esa razón, los decoradores tienen más trabajo. En las capillas del interior hay 3 a 4 casamientos cada semana, según indicaron.