Ninguna niñera duraba ni dos meses. Bernarda B. enviaba plata para el pago de salario desde España; sin embargo, su marido se quedaba con el dinero, según su testimonio.
Tiempo después, para evitar problemas, realizaba los pagos directos a las chicas que se encargaban de cuidar a sus hijos en Paraguay. Hasta que un día, una de ellas comenzó un amorío con su esposo.
El hombre le exigió a Bernarda vender la casa y le pidió G. 5 palos a cambio de firmar el permiso para que la menor de sus hijas viaje a España.
El abogado Miguel Godoy contó a EXTRA que tiene varios casos concretos de compatriotas residentes en España que fueron engañadas por sus maridos quienes, en casos más extremos, llevaron a vivir a la otra a la casa y se quedaron con la propiedad.
El profesional reveló que va a viajar a Europa a finales de septiembre para tomar las denuncias masivas, debido a que más personas se contactaron con él para contarle que están atravesando por algo similar con sus esposos.
“Todos van con ese sueño de construir la casa; trabajan un año, dos años y posteriormente van pagando en cuotas a través de sus parientes que terminan poniendo a su nombre la casa. Llega la señora y le encuentra al marido ya con otra persona”, señaló.
Godoy contó que las afectadas, quienes son de Madrid y Mallorca, se enteraron a través de familiares y vecinos. Las denuncias serán realizadas formalmente.
“Se debe tener todos los correos, las conversaciones, las remesas, el dinero que se envió a través de testimonios y se puede probar que hubo un daño patrimonial bajo la figura del engaño que son los elementos objetivos que hacen a la tipicidad de la estafa”, soltó.
Ojo con los suegros
Para no pecar de inocente, Godoy recomienda siempre tener documentos y por sobre todo no construir en casa de los suegros.
Más de mil casos
Unas dan todo por la firma del marido.
Bernarda mencionó que hay más de 1.000 casos de mujeres que están pasando por este tipo de situaciones. “Hay por ejemplo mamás que tuvieron que entregar sus casas, porque la mayoría hizo casas grandes, compró camiones, propiedades y cuando quisieron traerles a sus hijos tuvieron que ceder todo”, lamentó la mujer. Bernarda trabaja con grupos de mujeres en España y pide que el Ministerio de la Mujer se haga eco de sus casos.
Constructoras se avivan
Las demás afectadas, que también son de España, denunciaron que fueron estafadas por las constructoras que cobraron toda la plata, pero no terminaron el trabajo.
“De allá hacen el contacto (del extranjero), envían las remesas o van pagando a través de sus parientes de manera directa y las constructoras le hacen una parte de la casa y después no la terminan”, dijo Godoy.
Una de las afectadas es una curuguateña que vive en Italia. A ella le enviaron la foto de su supuesta vivienda terminada, pero cuando vino a Paraguay para instalarse, solo encontró cimientos.