Entre las antiguas máquinas del viejo taller de trenes de Sapucái, departamento de Paraguarí, todavía trabaja don Lidio Martínez, de 65 años, el último mecánico de ferrocarriles del país.
Don Lidio contó a EXTRA que empezó su oficio en 1975, cuando el taller era el único lugar donde se arreglaban los trenes del Paraguay. Su papá también fue ferroviario, pero se encargaba de reparar los rieles por donde pasaban los trenes.
“En ese tiempo no había escuela para esto. Todo se aprendía mirando y practicando”, recordó.
Con paciencia y esfuerzo, aprendió a reparar calderas, válvulas, ruedas, cañerías y todo lo que hacía andar un tren.
Recuerda con cariño los viajes que hacía desde Sapucái hasta Asunción. “Duraba como tres horas, íbamos tomando cerveza y escuchando el silbato”, contó.
El taller cerró en 2000, cuando Martínez ganaba G. 600.000. Tres años después lo llamaron para volver a poner en marcha el tren de Encarnación, y desde entonces sigue colaborando con el tren turístico de Ypacaraí.
Como antes
A veces, el intendente le pide que muestre a los estudiantes cómo se encendía un tren a vapor. Don Lidio los lleva a dar un paseo de 300 metros y, como en los viejos tiempos, hace sonar el silbato que emociona a todos.
“El tren funciona con agua caliente, entonces ponemos el agua y prendemos la leña para que funcione el vapor”, detalló.
De sus antiguos compañeros, solo dos siguen con vida, pero ya no trabajan. Hoy, don Lidio cumple funciones como guardia de seguridad en el ex taller de Sapucái, convertido en museo, y cobra el salario mínimo de la Fepasa.
“Cuando cuento que todavía soy mecánico de trenes, la gente se sorprende. Casi nadie conoce ya esta historia”, finalizó.